Las cifras preliminares del Censo Nacional Agropecuario (CNA) señalan que el país tiene 7,1 millones de hectáreas cultivadas. Y si cada uno de los 48,2 millones de colombianos nos dedicáramos a la actividad agrícola, en este momento, poseeríamos en promedio un lote de 1.470 metros cuadrados. Para que se haga una idea: allí cabrían 796 palos de café que producirían 2,1 cargas de café o 257 matas de banano que darían unas 271 cajas de la fruta.
Y aunque el supuesto está muy alejado de la realidad, lo claro es el potencial que en materia de cultivos tiene el país, al punto que una vez conocido el dato, desde el Ministerio de Agricultura se anunció la intención de aumentar en un millón de hectáreas las áreas sembradas.
“Veníamos trabajando, como manejando un avión sin instrumentos, solamente por lo que se veía por la ventana. Ahora tenemos una herramienta que nos permitirá mejorar la calidad de vida del campo. Ahora tenemos una hoja de ruta que nos permite tener mayor claridad para reforzar lo que se viene haciendo”, indicó Aurelio Iragorri, ministro de Agricultura.
Asimismo, en la clausura de la asamblea de la Andi, el pasado viernes, en Cartagena, el presidente Juan Manuel Santos destacó que, luego de 45 años, el país vuelva a tener un inventario actualizado del sector rural, máxime cuando el campo es uno de los aspectos clave de las negociaciones de paz que se adelantan en La Habana, Cuba.
“El censo agropecuario nos corrobora en una forma fehaciente que lo que estamos haciendo es lo correcto y lo que negociamos es lo correcto. Es lo que necesitamos hacer con o sin Farc. Más bienes públicos en el campo, más inversión, más acceso de los campesinos a la tierra”, enfatizó.
El mandatario insistió en que es necesaria que el Congreso apruebe la ley que apunta a ofrecer mayor seguridad jurídica a inversionistas del campo.
La visión privada
Para Rafael Mejía López, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), “estos primeros resultados constituyen un avance significativo para la acciones, cambios y ajustes que el gobierno debe realizar para el crecimiento del sector, más aún cuando desde la SAC se ha insistido en la realización del Censo, como herramienta para conocer el estado real del sector y base para la formulación, seguimiento y evaluación de las políticas y el desarrollo rural colombiano”.
Para Ernesto Fajardo, presidente de Alpina, disponer de esa información será clave para seguir desarrollando el campo. “Habrá que saber dónde están las diferentes cuencas potenciales que nos pueden ayudar hacia futuro. Además de leche, somos compradores de fresa, mora, lulo y en la medida en que obtengamos mayor información tendremos más posibilidades”.
César Caicedo, presidente de Colombina, consideró que además de la información detallada que entrega el censo, será fundamental garantizar la seguridad jurídica y física para que aparezcan los inversionistas y nuevos emprendimientos que exploten las oportunidades del sector rural.
Juan Camilo Restrepo Gómez, presidente de Asociación de Bananeros de Colombia (Augura), señaló que el censo ayudará a apalancar el aumento de la productividad bananera, a mejorar los índices sociales de las regiones productoras y a formalizar la situación laboral de los trabajadores.
El director de Asocolflores en Antioquia, Marcos Ossa Ramírez, declaró que aún no se ha conocido a profundidad el censo, pero servirá para tener una radiografía clara de lo que pasa en el sector rural.
Atraso conocido
Una preocupación del ministro Iragorri es que algunos, quieran señalar como crisis los resultados arrojados por el censo. “El campo no puede estar en crisis, cuando tenemos 44,5 millones de hectáreas con potencial para actividades agropecuarias”, e insistió en que “con este diagnóstico, el campo, que era un sector secundario, hace que todos los colombiano vuelvan su mirada a él”.
El jefe de la cartera agropecuaria enfatizó en que “logramos tener un diagnóstico real de lo que está ocurriendo en el campo y a partir de ahí encaminaremos las políticas públicas para la ruralidad colombiana”.
Una de la confirmaciones que dejó el censo es que el campo colombiano se caracteriza por un bajo nivel de capitalización (falta de maquinaria e infraestructura). Tal aspecto ha sido tratado por la academia en el pasado, y para el cual hay mensaje contundente: se necesita tecnificar el campo para su desarrollo.
Héctor Jairo Correa, doctor en Ciencias de la Producción Animal, recordó que de las zonas rurales no solo vienen alimentos, sino también materias primas para muchas industrias.
Por eso reiteró el papel que tienen los profesionales del agro en ayudar a mejorar los parámetros productivos del país, teniendo en cuenta graves problemas existentes en términos de producción.
“Sabemos que hay soluciones y quienes las están trabajando, y que funcionan. Simplemente, hace falta política, que la gente sea consciente, sobre todo los productores, pues ellos tienen una responsabilidad social que no es simplemente con su finca”, dijo.
Según el docente, un profesional puede hacer recomendaciones, pero si el productor no las quiere asumir, es muy difícil. Rrecalcó la necesidad de inversión para el campo y sugirió que el Estado tiene la obligación de volver atractivo al capital privado, por medio de obras de infraestructura vial, energía, transporte y en tecnologías como las TIC.
En distintos escenarios académicos, este experto ha explicado que la mayor barrera para que profesionales lleguen a tecnificar el campo es el insuficiente atractivo como lugar para inversión.
“Como es poco productivo, se invierte menos, hay escasas industrias y personas interesadas en hacer proyectos. Esto influye, a su vez, en que haya baja demanda de técnicos y expertos en las distintas ramas del agro”.
Por ahora, se debe esperar a que el Dane revele toda la información recogida en 1.101 municipios. Solo así se podrá precisar cómo se articularán las diferentes estrategias, programas y políticas para mejorar las condiciones de un campo del que dependemos todos los colombianos, con o sin una parcela para sembrar.
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mil censistas tuvieron a su cargo el levantamiento de la información rural.