El empleo no mejoró en el primer mes en el país y, por el contrario, aumentó a dos dígitos. Así lo reportó el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) en su informe mensual de Mercado Laboral, en el cual la tasa de desocupación se ubicó en 12,8 %, es decir, un punto porcentual por encima de la cifra de hace un año, que fue de 11,8 %.
Esto se traduce en 3,1 millones de personas desocupadas, cifra a la que no se acercaba Colombia desde enero de 2011. Medellín se mantuvo estable con 242 mil personas desocupadas en el primer mes del año, exactamente la misma cifra del mismo periodo del año anterior (ver Gráfico).
Con respecto al aumento del desempleo, los analistas lo califican como “muy preocupante”, al estar por encima de los dos dígitos.
Según Iván Jaramillo, director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, la meta para la región latinoamericana es mantener una cifra por debajo de los 7,8 % para poder impulsar el desarrollo.
“Sin embargo, la teórica recuperación económica en la que está Colombia y que se traduce en la recuperación del PIB (que creció de 1,4 % en 2017 a 2,7 % en 2018), no está reflejándose en la empleabilidad formal de los colombianos”, puntualizó.
Informalidad, un problema
Precisamente, la ciudad con el nivel de informalidad laboral más alto, entre noviembre pasado y enero de este año, es Cúcuta, donde llegó a 69,2 %, catapultado por la llegada de migrantes de Venezuela. El panorama en esa ciudad puede entonces ser peor.
Aunque en el mismo período anterior fue más alto con 72,2 %, el indicador está muy por encima de otras ciudades como Medellín, que es la tercera ciudad con menos informalidad. La cifra fue de 43,8 %, le sigue Bogotá con 40,7 % y Manizales, que es la tasa más baja de todas con 38,9 %.
“Claramente la situación migratoria con Venezuela en esta zona presiona la informalidad”, agregó Jaramillo.
Quibdó, con más desempleo
El fenómeno de El Niño fue uno de los factores que impulsó la desocupación en Chocó, siendo Quibdó la ciudad con mayor desocupados en el país con una tasa de 18,9 %, que subió 3,8 puntos porcentuales con respecto a la de 2017.
La alerta de lluvias constante hizo que en enero se postergara el enganche en el sector agricultor o e, incluso, se generaran despidos frente a la incertidumbre del impacto del fenómeno natural. Adicionalmente, el estancamiento en la cosecha de café también influyó en los despidos de trabajadores del sector.
Con esto, en enero se perdieron 140 mil empleos en el agro, especialmente en el Pacífico y en los Llanos Orientales. Mientras que la construcción generó 161 mil nuevos trabajos (ver Paréntesis).
El director del Dane, Juan Daniel Oviedo, resaltó que estamos en un momento de contracción en el mercado laboral. “Desde mediados de 2015 la cifra de desempleo tocó su techo y desde entonces la tasa ha venido creciendo”.
Panorama poco alentador
La ausencia de políticas públicas enfocadas a disminuir la informalidad y entes de vigilancia y control que procuren disminuirlo, hacen que no pinte un buen panorama laboral, según Mario Valencia, director de Cedetrabajo.
“La política económica sigue siendo la misma. No hay ningún cambio de orientación con respecto a lo que ya fracasó y no fue capaz de hacer crecer más la economía. Las actividades productivas no están generando empleo, por el contrario están despidiendo, la capacidad de generación de trabajo es muy limitada”, agregó .