Con la meta de crecer al 14 % en 2018 y abrir al menos una nueva oficina en el Valle de Aburrá es como la cooperativa Cooperenka espera contribuir a la gestión social de sus 4.000 afiliados, haciéndole el quite a los desafíos de la economía del país.
La apuesta por la gestión social en el municipio de Girardota y en Medellín le permitió a la cooperativa crecer este 2017 al 24 %, año en el que la entidad de ahorro y crédito celebró 50 años en el mercado.
Ahora termina el año con activos por 30.000 millones de pesos, una cartera de 25.600 millones, pasivos por 13.000 millones, patrimonio por 17.000 millones, reservas por 4.500 millones, aportes de asociados en 13.000 millones y 4.000 afiliados.
Nació como hija de Enka, para vincular a los trabajadores de la compañía y apoyarlos en soluciones financieras vía libranza. Además, incorporó el ADN del trabajo por la sostenibilidad al punto de reciclar 2 millones de botellas PET al día, negocio que se tuvo que escindir al venderse el año pasado por 2.500 millones de pesos para continuar solo en el ahorro y crédito.
Se suma a otra unidad de negocio de la cooperativa con la que continúa haciendo gestión social y ambiental, específicamente, con manejo de excedentes industriales en empresas del Norte del Valle de Aburrá.
“Adquirimos una sede en el barrio El Estadio, que se suma a dos oficinas en Girardota: una al frente de la planta de Enka donde nacimos y otra en el parque del municipio”, comentó Carlos Andrés López Sierra, gerente de la cooperativa.
Su radio de acción es en dicho municipio pero ya el Consejo de Administración estudia la posibilidad de expandir la operación de la cooperativa hacia otros tres municipios del Valle del Aburrá, además de crecer en Medellín.