“Mientras tengamos camisetas suficientes y un autobús para llegar a los partidos, bastará”. De esta forma Tomas Tuchel, técnico del actual campeón de la Champions League, Chelsea, respondió a una pregunta sobre los efectos económicos de las fuertes sanciones impuestas a ese club, que hasta hace poco era propiedad del magnate ruso Roman Abramóvich.
La prohibición de comercializar productos de su marca en la tienda oficial y de fichar, renovar o vender jugadores fueron algunas medidas adoptadas contra el club londinense con las que el gobierno británico ejerció presión a Abramóvich, un hombre cercano al presidente ruso Vladímir Putin, y quien finalmente debió ceder el control del Chelsea.
Aunque ese es por lejos el caso más representativo de las sanciones contra oligarcas rusos después de la invasión de su país a Ucrania, los golpes a sus bolsillos van mucho más allá: yates, mansiones, fincas y hasta un castillo han sido incautados. Sus pérdidas suman alrededor de US$240.000 millones.
Por lo menos así lo estima la Revista Forbes, que hace poco actualizó su listado de las personas más ricas del planeta. El medio especializado aseguró que hay 25 multimillonarios rusos quienes actualmente poseen un patrimonio conjunto de US$290.000 millones, que es casi la mitad del que tenían antes de la guerra.
¿Quiénes son los más acaudalados? En primer lugar Forbes pone a Vladímir Lisin, quien lidera el conglomerado siderúrgico NLMK Group, y cuenta con un patrimonio de US$18.400 millones; el top tres lo completan Vladímir Potanin (US$17.300 millones) y Pável Dúrov (US$15.100 millones), mientras Abramóvich figura en la casilla 13 con US$6.900 millones.
Golpe al bolsillo
Aunque buena parte de los oligarcas siguen sin recibir sanciones, los países europeos ya asestaron algunos golpes. Al propio Abramóvich le fue confiscado el castillo Château de la Croë, en Francia, valorado en más de US$100 millones. Adicional, en Inglaterra le fueron congelados un jet y una mansión de US$140 millones, a la par que sus yates son seguidos de cerca por varios gobiernos para seguir el mismo destino.
Por el lado de Vladímir Potanin, quien por varios años ha estado en el top de los más ricos en Rusia, el impacto se vio en la compañía metalúrgica Norilsk Nickel, su principal activo cuyos títulos se fueron para el piso tras la invasión.
En tanto, Alisher Usmánov, que tiene inversiones en tecnología y minería, ha recibido sanciones de la Unión Europea, Reino Unido y Estados Unidos. En el proceso perdió un yate llamado Dilbar, de más de US$500 millones, un Mercedes Maybach de US$700.000 y un complejo inmobiliario de US$20 millones, por ejemplo.
Esa triple sanción también la está viviendo Gennady Timchenko, fundador de la firma inversionista Grupo Volga, a quien le fue incautado un lujoso yate en Italia y también se le salpicó a su familia, pues su esposa y sus dos hijas recibieron sanciones.
A su turno, el magnate Andrey Melnichenko vio cómo Italia lo dejó sin el famoso “yate a vela más grande del mundo”, un activo valorado en unos US$580 millones. En Rusia, Melnichenko hizo fama por cofundar firmas en el sector energético como Suek o SGC.
Volviendo a las sanciones “en familia” Boris Rotenberg y su sobrino Igor Rotenberg, conocidos por su cercanía a Vladímir Putin, fueron apercibidos con la congelación de sus bienes en Europa y restricciones para viajar dentro del continente.
Por su parte el empresario Aleksei Mordashov, al igual que varios de sus pares, ha tenido que desentenderse de importantes inversiones con la escalada de sanciones. Empezando la invasión rusa, Mordashov decidió salir de su participación (34%) en el conglomerado de turismo alemán TUI y actualmente el gobierno germano investiga posibles irregularidades alrededor de esa decisión.
Pero así como los millonarios mencionados, también hay uno que otro que le planta cara al Kremlin. Es el caso del tercer hombre más rico de Rusia, Pável Dúrov. Él cofundó la red social Telegram, que se ha convertido en la herramienta a través de la cual los ucranianos cuentan sus padecimientos durante la guerra. Se dice que Dúrov no es del agrado de Putin, quien le puso varias trabas a Telegram, razón que llevó al joven magnate de 37 años a abandonar su país.
Tela por cortar
Aun con todo esto, entre la opinión pública y las esferas políticas europeas se considera que las sanciones impuestas hasta ahora no han sido suficientes, pues por lo menos la mitad de los oligarcas cercanos al Kremlin no fueron ”castigados”. Vagit Alekperov, Mikhail Prokhorov o Dmitry Rybolovlev están en ese grupo.
Además, según develó hace poco el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, unas 800 personas rusas de los negocios siguen vigentes gracias a las denominadas sociedades offshore, con las que ocultan sus movimientos y activos alrededor del mundo.
Políticos, banqueros y líderes empresariales están salpicados, y el Consorcio –del que forman parte varios medios del planeta– apunta que alrededor de 3.700 compañías fueron utilizadas para los fines en cuestión, principalmente en paraísos fiscales.
Otra medida de los oligarcas para salvaguardar su patrimonio ha sido convertir los rublos (moneda rusa) en criptomonedas. Esto, entendiendo que no hay intermediarios para comprar alguna de las divisas digitales y no es necesario revelar la identidad de quien las adquiere. Además, pueden ser convertidas a monedas de uso común como el dólar y el euro.
Pese a esto, varios analistas insisten en la “lealtad” de los oligarcas rusos hacia Putin e incluso hay quien se anima a decir que el presidente ruso influye a su antojo en estos multimillonarios.
Esta semana uno de los últimos capítulos de esta novela fue una serie de enmiendas firmadas por Putin, en las que se requiere que las empresas rusas dejen de cotizar sus acciones en el extranjero, lo que le pone todavía más presión a los millonarios.
Mientras la guerra sigue en Ucrania y con bastante incertidumbre de cuándo podría cesar la invasión rusa, se espera por nuevas sanciones de Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea a los oligarcas rusos, quienes han optado por mantener un perfil en medio de la coyuntura
290.000
millones de dólares suma el patrimonio conjunto de los 25 hombres más ricos de Rusia: Forbes.