La hoja de ruta económica de Colombia, presentada en el Marco Fiscal de Mediano Plazo 2025, proyecta que el gasto del Gobierno Nacional Central alcanzará el 24,4% del PIB en 2026. El plan también contempla una nueva reforma tributaria, la suspensión de la regla fiscal por tres años, ajustes en los subsidios de energía y gas, alzas en el precio del ACPM y la creación de una reserva técnica.
Sin embargo, detrás de este ambicioso paquete de medidas, hay una alerta que ha generado inquietud entre los analistas: el país alcanzaría el nivel de deuda externa más alto de su historia reciente.
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Fue el propio ministro de Hacienda, Germán Ávila, quien afirmó que se estima un aumento en la meta de deuda, aunque aclaró que se mantiene lejos de un nivel considerado riesgoso: para este año, el endeudamiento cerraría en 63% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que representa un incremento de 2,4 puntos porcentuales frente al 60,6% previsto en el Plan Financiero.
Para 2026, la proyección apunta a un endeudamiento del 63,8%, antes de comenzar una trayectoria descendente que llevaría el indicador al 63,4% en 2027.
“Vamos a necesitar esfuerzos de endeudamiento mayores, pero dentro de los rangos establecidos por los parámetros de la actual Regla Fiscal”, afirmó Ávila.
Al respecto, el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, aseguró que la preocupación central sobre la situación fiscal del país se resume en una deuda pública que aumentará en 9,6 puntos del PIB, equivalente a $173 billones, en apenas tres años, en el contexto de una economía que no ha tenido ningún choque interno o externo significativo en ese periodo.
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En otras palabras, de toda la capacidad productiva que tendrá el país, en 2026 la Nación estará endeudada en 63% de su PIB.
“El recorte del gasto, necesario e ineludible, se deja al próximo Gobierno, que heredará unas cuentas fiscales en estado crítico y deberá poner en marcha un plan inmediato de ajuste fiscal”, manifestó Mejía.
Un recorrido histórico por la deuda externa de Colombia
En 1990, según cifras del Banco de la República, la deuda externa de Colombia equivalía al 34,3% del PIB. En ese momento, la mayor parte correspondía al sector público (29,5%) y una proporción menor al sector privado (4,8%). En valores absolutos, el endeudamiento externo sumaba US$17.993 millones.
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Una década después, en el año 2000, la deuda externa había subido al 36,6% del PIB, alcanzando los US$36.200 millones. La deuda pública representaba entonces el 20,9% del PIB, y superaba los US$20.400 millones en compromisos a largo plazo.
Pero verdadero salto se dio en 2020, en medio del impacto económico de la pandemia. Ese año, la deuda externa llegó a su punto más alto en la historia reciente del país, al representar el 57% del PIB. De ese total, la deuda del sector público fue del 33,2%, mientras que la privada alcanzó el 23,8%. Solo el componente público rozó los US$90.000 millones.
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Desde entonces, el nivel de endeudamiento ha mostrado una ligera tendencia a la baja. Para 2024, la deuda externa representaba el 48,1% del PIB, con un saldo que superaba los US$201.600 millones. De ese monto, la deuda pública cerró en 26,8% del PIB, y la privada en 21,4%.
¿A quién le debe Colombia y cómo se distribuye su deuda externa?
Según datos del Emisor, al cierre del primer trimestre de 2025, la deuda externa de Colombia llegó a US$203.285 millones, lo que equivale al 48,1% del tamaño de la economía del país (PIB). Esto representa un aumento de US$1.613 millones (0,8%) frente a lo que se debía en diciembre de 2024.
De ese total, el 83% corresponde a deudas de largo plazo, es decir, que deben pagarse en más de un año. El 17% restante son créditos de corto plazo, con vencimientos en un año o menos. En cuanto al tipo de deuda, la mayoría está compuesta por préstamos y bonos.
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La mayor parte del endeudamiento del sector público corresponde a obligaciones del Gobierno Nacional, que concentra el 70% del total. Le siguen las entidades descentralizadas con un 21%, y el 9% restante corresponde a otros deudores públicos.
Por tipo de acreedor (es decir, de quien le presta al país), el 54% del saldo proviene de bonos emitidos en mercados internacionales, el 33% corresponde a préstamos con organismos multilaterales y el 13% a créditos otorgados por entidades bilaterales y financieras.
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