Antes de que hacerse oficial la resolución del Consejo Superior de Política Fiscal (Confis), se conoció que el Ministerio de Hacienda ya cuenta con la autorización para suspender temporalmente la regla fiscal, activando una cláusula de escape por un período de tres años.
Se trata de un mecanismo excepcional que permite relajar los límites de déficit definidos por la ley y que ampliaría la capacidad del país para endeudarse.
En contexto: Gobierno Petro aprobó suspender la regla fiscal que limitaba su gasto, ¿hay riesgo de crisis económica?
Pero ¿qué es la regla fiscal? En términos simples, es una especie de “límite” que se le pone al Gobierno para que no se endeude ni gaste más de la cuenta. Es una forma de cuidar las finanzas del país para que, en el futuro, no se quede sin plata.
Esta norma varía según cada país, pero en general sirve para ponerle freno a los gastos de los gobiernos: establece hasta qué punto puede gastar más de lo que recauda, cuánto puede pedir prestado sin que la deuda se dispare, o qué tanto puede crecer el tamaño del Estado.
Vea también: Con la suspensión de la regla fiscal, Colombia está en riesgo de caer en el segundo déficit fiscal más alto de su historia
Mejor dicho, la regla fiscal es como el presupuesto de un hogar: establece cuánto gastar sin arriesgar las finanzas.
¿Cómo afecta a los colombianos la regla fiscal?
Suspender la regla fiscal, aunque sea una formalidad legal, tiene importantes implicaciones. Una de ellas es el aumento en el costo de la deuda del país.
Al eliminarse los límites que impone la regla, el país podría verse obligado a endeudarse a tasas de interés más altas. Esto significaría que una mayor parte de los ingresos por impuestos tendría que destinarse al pago de intereses, dejando menos recursos disponibles para inversión social y económica.
Le puede interesar: ¿Cuándo fue la última vez que se suspendió la regla fiscal en Colombia?
¿Y cómo afecta esto a los ciudadanos? Cuando al Gobierno le cuesta más endeudarse, ese aumento en los intereses suele trasladarse a la gente y las empresas a través de créditos más caros, pues suben las tasas de interés para préstamos, hipotecas y tarjetas de crédito. Esto puede reducir el consumo, frenar la inversión privada y desacelerar la economía.
Por otro lado, si se genera incertidumbre económica y desconfianza de los mercados pueden hacer que los inversionistas reduzcan sus inversiones en el país, lo que afectaría el crecimiento económico y con ello la creación de empleo.
Asimismo, la pérdida de confianza en la estabilidad fiscal puede llevar a una salida de capitales y a la depreciación del peso colombiano, lo que hace más caros los productos importados.
Para el exministro José Manuel Restrepo, al dedicar más plata para pagar mayores intereses de la deuda, el Gobierno tendría menos dinero disponible para invertir en rubros sociales como salud, educación, subsidios o infraestructura.
Déficit fiscal también lo impacta
Los analistas de Corficolombiana estiman que, con la suspensión, hay riesgo de que el déficit fiscal del país se eleve a 7,4% del Producto Interno Bruto (PIB) este 2025, más del doble del promedio prepandemia.
Lea también: “La política fiscal en Colombia ha quedado como un barco sin ancla”: analistas sobre suspensión de regla fiscal
Un déficit fiscal más alto puede generar presiones inflacionarias, especialmente si viene acompañado de una devaluación del peso colombiano. Esto encarece productos básicos, lo que afecta en mayor proporción a los hogares de menores ingresos.
Para Camilo Prieto, profesor de la Universidad Javeriana, una economía sin regla fiscal es como un barco sin brújula: puede navegar un rato, pero termina a la deriva.
Y puso como ejemplo lo que pasó en Brasil y Argentina. El primero de ellos, dijo, vivió una pérdida de credibilidad tras relajar su disciplina fiscal en los 2010.
“El déficit primario creció, la deuda pública se disparó, y las calificadoras le quitaron el grado de inversión. Resultado: más pobreza y desempleo”, explicó Prieto.
Más noticias: Consejo Gremial evalúa demandar al Gobierno por suspender la regla fiscal
Sobre Argentina, el caso extremo, señaló que la ausencia de una regla fiscal real permitió el descontrol del gasto público, financiamiento con emisión y default recurrente: “Hoy, tiene inflación crónica y mercados cerrados. La confianza se pierde rápido, y cuesta décadas recuperarla”.
