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¿Deja Gilinski la lucha contra el GEA o solo se toma un respiro?

El anuncio de un acuerdo para que el banquero controle a Nutresa abre dudas por lo que viene para las empresas paisas.

  • Un memorando de entendimiento le permitiría a Gilinski quedarse con el 87% de las acciones de Nutresa. Sura y Argos dejarían de ser socios del grupo de alimentos. FOTO Julio César Herrera
    Un memorando de entendimiento le permitiría a Gilinski quedarse con el 87% de las acciones de Nutresa. Sura y Argos dejarían de ser socios del grupo de alimentos. FOTO Julio César Herrera
28 de mayo de 2023
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Por lo menos tres encuentros, el primero de ellos en diciembre, el segundo en marzo y otro más reciente, sostuvieron los directivos de los grupos Sura, Argos y Nutresa, con los representantes árabes de International Holding Company (IHC), con quienes el pasado miércoles se suscribió un memorando de entendimiento o MOU (sigla en inglés de Memorandum of Understanding).

Para algunos, este acuerdo preliminar constituye un giro inesperado en la lucha por el control del denominado Grupo Empresarial Antioqueño (GEA) que inició el banquero Jaime Gilinski en noviembre de 2021, cuando lanzó la primera Oferta Pública de Adquisición (OPA) hasta por el 62,625% de las acciones de Nutresa, pagando US$7,71 por cada especie, y con lo que alcanzó el 27,7% de la propiedad del conglomerado de alimentos paisa. Luego haría ofrecimientos por los grupos Sura y Argos.

En síntesis, el MOU pretende que Sura y Argos dejen de ser accionistas de Nutresa, sociedad en la que poseen el 45,44% de las acciones. Por su parte el grupo liderado por Gilinski se convertirá en el controlador de Nutresa a cambio de vender en su totalidad su inversión en Sura (38,09%).

El anuncio tomó por sorpresa al mercado, generando más preguntas que respuestas, y abriendo la puerta, según analistas de BTG Pactual, a la especulación masiva en el mercado bursátil con las acciones del GEA.

Para evitar ese fenómeno, la Bolsa de Valores de Colombia (BVC), atendiendo una orden de la Superfinanciera, suspendió preventivamente la negociación de las especies de Nutresa, Sura y Argos por 15 días hábiles, término que expirará el próximo 15 de junio.

Con esa decisión, el valor de las acciones ordinarias de Nutresa está “congelado” en $57.800; las de Sura en $40.100 y las de Grupo Argos en $9.350. Las especies preferenciales de Sura y Argos, por su parte, se mantienen en $11.250 y $5.390, respectivamente.

El futuro de las direcciones del sindicato paisa

Con una participación mínima del 87% en Nutresa, las firmas del grupo Gilinski, Nugil y JGDB Holding impondrán sus condiciones en el manejo del grupo de alimentos, incluido todo lo que tiene que ver con la administración.

Prueba de ello fueron las asambleas extraordinarias de accionistas, citadas por la revisoría fiscal de Nutresa y Sura por solicitud de Gilinski, en las que fue notorio el pulso por los asientos de las juntas directivas, y en las que hubo bloqueos e intentos hostiles de hacer mayoría en el órgano de administración para poder tomar decisiones.

Y es que con Gilinski como futuro controlante de la multilatina de alimentos se da por descontada la salida de Carlos Ignacio Gallego de la presidencia de la compañía, cargo que asumió en abril de 2014.

Este retiro a su vez desencadenaría un efecto dominó sobre los líderes de las compañías “emblemáticas” del grupo: Alberto Hoyos (Galletas Noel); Diego Medina (Zenú - Rica); Juan Fernando Castañeda (Compañía Nacional de Chocolates); Francisco Eladio Gómez (Industria Colombiana de Café, Colcafé); Fabián Restrepo (Pastas Doria); Mario Niño (Crem Helado); y Juan Chusán Andrade (El Corral - Papa John’s).

También tomaría el mando de la junta directiva de la empresa conformada en la actualidad por siete integrantes, de los cuales cinco fueron nominados en abril por el GEA. Los otros dos miembros son de su cuerda: su hijo Gabriel Gilinski y el administrador de Empresas, Christian Murrle.

Pero, el viernes en un mensaje a los empleados del grupo, Gallego sostuvo que la llegada de los nuevos inversionistas es una muestra de confianza en el trabajo que se viene ejecutando y los exhortó a asumir los nuevos retos con entusiasmo, confianza y respeto.

De otra parte, en 2016 el exministro de Hacienda, Rodrigo Botero, contaba que en tiempos de Nicanor Restrepo (q. e. p. d.) en la presidencia de Suramericana, uno de sus lineamientos era que los directivos de las empresas debían jubilarse a una edad máxima de 65 años, sin excepción.

Si esa directriz se mantiene vigente en el GEA, vale anotar que el actual presidente de Sura, Gonzalo Pérez, nació en 1958 por lo que este año estaría ajustando los 65. A su turno, el presidente de Grupo Argos, Jorge Mario Velásquez cumplirá en junio próximo 63 años; mientras que Gallego llegará a 59 años de edad en septiembre.

En ese contexto, el interrogante que surge es: ¿este proceso conducirá a un ajuste en el estilo de administración de los conglomerados Sura y Argos? Hay quienes sostienen que la nueva estructura de las compañías será una oportunidad para muchos proveedores, pues se anticipan nuevos negocios y nuevas visiones en la atención a los clientes.

¿Gilinski se aleja de quedarse con Bancolombia?

En diciembre de 2021, la sociedad JGDB Holding de los Gilinski presentó el cuadernillo de la primera OPA que lanzó por acciones de Grupo Sura, con el objetivo de adquirir hasta el 31,68% de la propiedad de la holding de inversiones paisas, ofreciendo US$8,01 por cada título.

En la página 11 del documento saltó una nota que desató polémica, pues el banquero ponía de manifiesto que además de convertirse en accionista relevante de Sura contemplaría una posible alianza estratégica o incluso una integración entre Bancolombia y el conglomerado financiero GNB Sudameris de su propiedad.

Para muchos el plan de Gilinski era claro: recuperar a Bancolombia luego de haberlo vendido en 1997, en una operación de la que no quedó satisfecho y la cual pasó por diversas instancias legales, hasta su resolución definitiva con un acuerdo confidencial luego de una década de controversias con el GEA.

Ahora, en virtud del MOU anunciado el miércoles otra duda que surge es, ¿cómo se van a proteger los grupos Sura y Argos y a Bancolombia de futuros y probables intentos de adquisición?

El principal accionista del establecimiento financiero es Sura con el 45,73% de las acciones, y de hecho en la utilidad obtenida por la empresa entre enero y marzo de este año por $834.275 millones, el 42% (unos $350.395 millones) lo aportó el banco, mientras que el 9% ($75.084 millones), correspondió a la inversión que Sura tiene en Nutresa.

Argos que tiene el 35,96% de Sura (sumada las porciones accionarias de la holding, Cementos Argos y la Fundación Grupo Argos) es indirectamente socio de Bancolombia, y Gilinski también intentó quedarse hasta con el 32,5% de las acciones de la sociedad que preside Jorge Mario Velásquez, pero esa OPA fue declarada desierta.

El jueves, luego darse a conocer la firma del memorando de entendimiento y la suspensión de las negociaciones en bolsa con las especies de Sura, Nutresa y Argos el impacto lo recibió Bancolombia. Las acciones ordinarias fueron las más desvalorizadas de la rueda accionaria cayendo 6,2%, mientras las preferenciales retrocedieron 0,8%.

Sobre esa eventual integración, el presidente de Bancolombia Juan Carlos Mora le dijo hace un año a este diario que: “cuando eso se materialice o presente se evaluará. Todavía es un hecho hipotético que no ha tenido ningún tipo de discusión”.

No obstante, hay consultores empresariales que pidieron reserva de su nombre que Gilinski en el futuro intentará apuntar por Bancolombia.

“No sabemos qué pacto de caballeros o de no agresión hayan hecho. Por el momento va a dejar tranquilos a Sura y Argos, pero tras ejecutar el acuerdo él queda en libertad de volver a la bolsa y comprar lo que quiera. Además, mantiene el respaldo económico árabe, la bolsa va en retroceso y desde la Casa de Nariño los mensajes diarios para la economía no son favorables”.

Julio César Leal, fundador de Leal Consulting, advirtió que según el memorando o MOU las condiciones del negocio están atadas a la tenencia de las acciones de Nutresa, lo que no evita que si las vende se puedan generar nuevas OPA sobre sociedades como Bancolombia o Argos. En un mercado que es abierto ese tipo de condicionamientos son ilegales.

Inversiones, alianzas, ventas o desinversiones

Con las riendas de un grupo empresarial como Nutresa integrado por 71 sociedades subordinadas, 30 de ellas domiciliadas en Colombia y 41 en el exterior surgen varias preguntas sobre el futuro de la holding: ¿Mantendrá la sede en Medellín? ¿Cómo se van a potenciar el portafolio de negocios, productos y mercados? ¿La mantendrán inscrita en la Bolsa y eventualmente la llevarán a otro mercado? ¿La propiedad quedará compartida o los árabes terminarán siendo los controladores?

El cuadernillo de la primera OPA por Nutresa, en noviembre de 2021, daba algunas luces señalando que no había planes para disolver o liquidar la empresa, ni cambiar su sede en Medellín. Además, que no se tenía la intención de realizar una oferta pública de desliste de las acciones de la compañía, es decir que no se promovería una eventual salida de la bolsa.

Pero, sí abría la puerta a que como inversionista con una participación relevante Gilinski podría evaluar la conveniencia de hacer inversiones o desinversiones en algunas líneas de negocio, vender activos o realizar alianzas estratégicas para el desarrollo de las operaciones.

“En este caso, cualquier operación de dicha naturaleza estará sujeta a las aprobaciones societarias y gubernamentales que se requieran de conformidad con la legislación vigente aplicable”, se anotó entonces en el cuadernillo.

Adicionalmente, en octubre de 2021 se radicó ante la Superindustria de Industria y Comercio (SIC) una propuesta de integración entre Nugil y Nutresa, con la pretensión de que la holding paisa quedará integrada a Productos Yupi y la Compañía Internacional de Alimentos, de los Gilinski.

Desde que se escribió el cuadernillo de la primera OPA por Nutresa hasta la firma del MOU ha pasado año y medio, y sin conocerse la totalidad de ese documento y sus detalles no es posible determinar qué esté pensando en la actualidad Jaime Gilinski, quien durante este tiempo mantuvo la presión sobre los administradores de las compañías del Sindicato Antioqueño.

Es así como por sus movidas se citaron y celebraron múltiples asambleas extraordinarias de accionistas, mientras que su séquito de abogados, principalmente de la firma DLA Piper Martínez Beltrán, estuvo a la saga para promover acciones legales ante diversas instancias como entes de control, supervisores, reguladores y autoridades judiciales, que dicho sea de paso no se sabe qué pasará con ellas en virtud del memorando, y si este contempla un apartado para que las partes desistan de sus actuaciones en esos frentes.

Como están planteadas las cosas parece ser que los ganadores absolutos son los árabes, porque adquieren el negocio en que han estado invirtiendo, en una posición geográfica muy interesante, a precio bueno, con buena masa de consumidores, marcas potentes, tecnológicamente al día y con gran componente de innovación.

Para algunos comentaristas el negocio es grande y más adelante se verán las cifras puestas en la mesa. “Desde lo emocional se desbarata el GEA. Pero hace años se le escuchó a un dirigente gremial que todo en esta vida se compra y se vende. Que no se negocien la decencia, la ética, la moral y la honradez, esta última una palabra de la que no se habla en las esferas del poder”.

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