Aunque Medellín logró pasar de 16,1 por ciento en 2013 a 14,7 por ciento en 2014 en pobreza monetaria, que le significó un descenso de -1,4 por ciento, la tarea por delante está en reducir la desigualdad, porque según el Coeficiente Gini, Medellín es la ciudad más desigual del país.
Según el informe de pobreza divulgado ayer por el Dane, la capital antioqueña registró un aumento de 0,020 puntos hasta las 0,526 unidades (donde 1 indica concentración de la riqueza en un individuo) en dicho coeficiente, ubicándola con ese deshonroso primer lugar.
Si bien el ingreso per cápita promedio en las trece áreas del país llegó a 822.298 pesos, con un ingreso familiar promedio de 3’289.192 pesos, para el núcleo compuesto por cuatro personas, “este poder adquisitivo debe distribuirse de forma equitativa entre toda la población porque la reducción de la pobreza no está siendo distributiva”, dijo Mauricio López, profesor de Macroeconomía de la Universidad de Antioquia.
Si bien esa distribución en mayor medida es responsabilidad del Estado, “debe revisarse a nivel local, por ejemplo, el tema de impuestos con el caso del predial porque lleva dos años consecutivos con incremento y podría ser fuente de mayor desigualdad para estratos más bajos. Igual ocurre con la falta de oportunidades laborales para estas personas”, agregó López.
Si bien en ocasiones el paternalismo es perjudicial, sí es importante contar con mecanismos que ayuden a las personas de menos recursos a obtener beneficios que equivalen a una mejor distribución de los recursos.
Medellín tuvo en 2003 un coeficiente de 0,557, el más alto de los últimos 11 años. Y aunque lo bajó a 0,500 en 2012, volvió a subirse a 0,526 en 2014.
En el caso de la pobreza extrema, la ciudad registró una disminución del 0,2 por ciento, al bajar del 3 por ciento en 2013 a los 2,8 por ciento el año pasado.
“La ciudad ha venido trabajando con su ecosistema de emprendimiento e innovación para generar más empleos decentes de alto valor. Ha permitido que en general, la ciudad tenga más oferta de empleo y por ende, reduzca la pobreza monetaria y extrema. Hay un vínculo entre el programa de emprendimiento de ciudad para que se fomenten mejores indicadores”, explicó el vicealcalde de CTi, desarrollo económico e internacionalización, Luis Felipe Hoyos Vieira.
Vale destacar que la brecha o intensidad de la pobreza es un indicador que mide la cantidad de dinero que
le falta a una persona
pobre para dejar de estar en esa situación, es decir, para que alcance la línea de pobreza. Esta diferencia se presenta con respecto al ingreso per cápita de la persona y se
pondera por el número de personas pobres.