El regalo de Navidad de la Junta Directiva del Banco de la República durante su última reunión del año fue un aumento en la tasa de interés de intervención de 0,25 por ciento, para fijarla al cierre de 2015, en 5,75 por ciento, la más alta desde mayo de 2009.
Estos movimientos de política monetaria que realiza el Emisor tienen un efecto inmediato sobre la tasa de interés que se cobra entre los bancos, es decir, el efecto de esta determinación es el encarecimiento del valor del dinero.
Para que esta decisión se transfiera al costo de los préstamos a los ciudadanos, pueden pasar hasta 18 meses, aunque se expresa primero en tarjetas de crédito, luego en comerciales y en hipotecarios.
El gerente del Banco de la República, José Darío Uribe, indicó ayer que las expectativas de inflación se mantienen altas y para traerla al rango meta, entre 2 y 4 por ciento anual, la junta decidió aumentar nuevamente la tasa, la cuarta vez que lo hace en 2015.
El alza fue por decisión mayoritaria de la Junta y entre las motivaciones, agregó el funcionario: “observamos que los riesgos de inflación superan a los de desaceleración de la economía”.
Entre enero y noviembre, el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que mide la inflación, aumentó 6,11 por ciento, mientras la meta es de 3 por ciento.
Sin embargo, la “inflación que vemos es de orden temporal y volverá a niveles de la meta base del Banco en 2017”, agregó el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas.
Pero, renglón seguido, resaltó que en el primer semestre de 2016, el país vivirá los efectos más fuertes del fenómeno de El Niño, hecho que presionaría al alza la inflación, teniendo en cuenta que la sequía afectará la producción de alimentos nacionales de la canasta básica familiar, al tiempo que el dólar encarece los importados.