La principal forma en que los colombianos buscan trabajo es a través de sus redes de contacto: el 53 %, o en la práctica uno de cada dos lo hace así, mientras que el 26 % aplica directamente a las vacantes, 19 % usa los canales formales dispuestos para postularse como bolsas de empleo o departamentos encargados de vincular personal y el 2 % apela a otras estrategias.
Así lo concluye la investigación ¿Cómo encontrar trabajo en Colombia?: Un análisis de la utilización de canales de búsqueda de empleo del economista José de Jesús Lobo Camargo, magíster en Ciencias Económicas de la Universidad Nacional, texto que fue difundido por esa institución.
El experto se basa en los datos de los asalariados formales en las 23 ciudades principales del país entre 2015 y 2019, agrupados en la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) y a través de un modelo basado en las características socioeconómicas tanto de estos trabajadores, como las de empleadores, llegó a esas conclusiones.
Según su trabajo los colombianos que han usado contactos para emplearse se desempeñan sobre todo en empresas pequeñas o tienen poco nivel educativo y es una tendencia que se da en las ciudades de menor tamaño, principalmente.
En ese sentido Jorge Coronel, docente e investigador de temas económicos, anota que esas estadísticas confirman y le ponen cifras a una tendencia que es de vieja data en el país. Desde su concepto el hecho de que un ciudadano se enganche de esa forma al mercado laboral puede impactar negativamente en la competitividad de las empresas entendiendo que no necesariamente sea el de mejores capacidades para determinado puesto.
Según Coronel, el sector público puede ser más propenso a que ocurran situaciones de este tipo, mientras que en el privado generalmente hay requisitos y estándares más complejos que se establecen antes de llenar una vacante.
Pero ello depende mucho del tipo de compañía a la que quieren ingresar las personas y así lo recalca Lobo Camargo. “El tamaño de la empresa a la cual se aspira también influye en la utilización de canales formales, pues cuanto más grande sea, menos probable es que los trabajadores encuentren empleo utilizando redes de contacto”, menciona en un documento de la Unal
Además, complementa: “Por otro lado, a mayor sea el nivel de estudio del aspirante, mayor será la probabilidad de utilizar canales formales”. Allí es prudente resaltar que en el registro del Dane, de los 20,8 millones de ocupados que hay en el país –con datos a febrero–, solo 5,36 millones cuentan con educación técnica profesional, tecnológica, universitaria y/o posgrado, mientras que el resto se divide entre quienes poseen escolaridad media, básica primaria o secundaria o no tiene ninguna.