Cero y van dos. Ayer, la calificadora de riesgo Fitch Ratings mantuvo la calificación crediticia de Colombia en BBB- y sostuvo su perspectiva en negativo.
De esta manera siguió el camino de la consultora Standard & Poors (S&P), la cual a final del mes pasado había conservado la misma visión para el país. No obstante, en ambos casos se vislumbran algunas advertencias que se deben tener en cuenta para que en próximas entregas no se pierda esta nota y con ella el sello del grado de inversión.
Según las observaciones realizadas por Fitch, la calificación colombiana se encuentra limitada por algunos factores, entre los que se encuentran: una alta dependencia a los commodities, una deuda del Gobierno en aumento y algunas flaquezas en términos estructurales que conducen a un Producto Interno Bruto por persona más bajo, comparado con los países equiparables.
Por su parte, S&P hizo advertencias de cara a lo que podría afectar el grado de inversión en el país. Lo que aseguraba esta calificadora es que si se seguía manteniendo un rendimiento económico pobre y si se da “un inadecuado de ajuste fiscal que falle en estabilizar y, luego, aliviar la creciente carga de deuda soberana”, hay riesgo.
A los ojos de Fitch, la economía se contraerá 6,9 % este año, dos puntos porcentuales más que lo previsto para el promedio de países que se encuentran en el rango BBB. Además, se espera un rebote de 4,9 % para el próximo año, tendiendo presentes “las cuarentenas severas que impactaron negativamente la demanda doméstica” (ver Paréntesis).
Recordemos que la última perspectiva oficial que presentó el Ministerio de Hacienda con respecto a las expectativas macroeconómicas existentes establecieron una caída de 5,5 % para este año, que induciría a un crecimiento de 6,6 % para el próximo, de acuerdo con el Marco Fiscal de Mediano Plazo emitido a mediados de este año.
Sin embargo, S&P tampoco coincide con esta expectativa de bajo decrecimiento, al prever 8 %, ni con la de mayor alza de la economía para el próximo año, ya que espera 5,5 %.