viernes
7 y 9
7 y 9
La migración venezolana tiene un efecto mínimo sobre la tasa de desempleo. Así de contundente fue la respuesta que dio Juan Daniel Oviedo, director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en la rueda de prensa que muestra el impacto de este movimiento.
La conclusión llega después de lograr un universo representativo de la Gran Encuesta Nacional de Hogares en el que se buscaba indagar sobre este fenómeno y que arroja la permanencia de ciudadanos de ese país entre 1,5 y 1,6 millones.
“La población migrante solo explica 10 puntos básicos de la tasa de desempleo del total del Colombia”, afirmó el directivo.
Para el año móvil agosto 2018 a julio de 2019 la tasa de desempleo de esta población es de 19,2 %, para los nacionales es del 10,1 % lo cual se promedia en una tasa nacional de 10,2 %. Un aspecto igual de relevante, es que solo 1,5 % de los ocupados son de este país.
La perspectiva es que la cifra llegue a los 2 millones al cierre de año, sostuvo Iván Jaramillo, director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario.
Aunque no se sabe a ciencia cierta cuántos de los venezolanos son habitantes de calle (se desarrollará un censo específico para identificar a esta población), Oviedo aclaró que la mayoría están en la informalidad, pero en un escalón más alto.
Incluso, “lo que prevalece no son los vendedores ambulantes, sino empleos informales en salas de belleza, restaurantes, hoteles y establecimientos de comercio”, sostuvo el director.
Jaramillo fortaleció este hallazgo al decir que la condición de migrante no tiene una relación directa con el desempleo, sino con la informalidad. En Medellín, la tasa de desempleo de la población que hace un año vivía en Venezuela está en 20,4 % y la de ocupación en 63,3 %.
La realidad es que hoy los venezolanos ejercen una presión importante en el mercado laboral, debido a que el “interés de formar parte de la población ocupada del país es más alto que el de los colombianos, porque ellos, por su perfil demográfico y edad, al estar más capacitados y concentrados entre los 25 y 40 años necesitan trabajar. Esto se refleja a través de la tasa global de participación”, dijo Oviedo (ver Gráfico).
Así sugirió que más allá de echarles la culpa del desempleo, que ya se demostró no ejerce un impacto importante, “necesitamos soluciones que los incorporen como ocupados del mercado laboral colombiano”.
Aspectos como el Permiso Especial Temporal de Trabajo va en esta vía, pero los venezolanos están a la espera de que este mecanismo se active desde hace casi un año, según Antonio Gómez, presidente de la Unión de Trabajadores Venezolanos y Colombo Venezolanos, capítulo Colombia (Utravenco).
Otro de los retos está en la convalidación de títulos, lo que va en contravía con su proceso de formalización, dado que, de acuerdo con Gómez, los procedimientos existentes no son factibles de cumplir y debería haber también uno alterno.
En la estimación de Utravenco hay entre 150.000 y 200.000 trabajadores en ejercicio con el Permiso Especial de Permanencia y visa, pues una familia común de este país tiene dos padres y tres hijos, solo uno labora mientras el otro se queda con la responsabilidad del hogar y sus descendientes estudian.
Es necesario cambiar la mirada sobre la migración. Julieth Santamaría, candidata a doctorado en economía aplicada en la Universidad de Minnesota, dijo que lo primero que sucede con estos fenómenos es que se “aumenta el consumo (...) los mercados van a tener que producir más lo cual agiliza las dinámicas laborales y de comercio”.
Específicamente, sus beneficios en el mercado laboral se encuentran en que “tienden a tomar trabajos que los nacionales no quieren tomar(...) y transportan conocimiento que puede complementar la productividad del país que los acoge e incluso impulsar innovaciones”.