viernes
8 y 2
8 y 2
El financiamiento foráneo de Colombia llegó a su valor más alto de la historia como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB): 42,9 %. Así lo dio a conocer el Banco de la República en su reporte con corte a septiembre.
En este, se observa que el valor asciende a 136.184 millones de dólares, un incremento de 4.256 millones respecto a diciembre de 2018, según registró el propio Emisor.
Si se compara el último dato como porcentaje del PIB con las de años anteriores, solo se le acerca el de 2016 (42,5 %), o si se hace el paralelo con los últimos meses registrados está por encima de julio y agosto (42,8 %) (ver Informe).
“Un país como Colombia no debería superar el 45 % –como porcentaje del PIB– en nivel de endeudamiento. A partir de ahí tendríamos que preocuparnos por cómo nos perfilan las calificadoras de riesgo internacionales”, apunta Alejandro Torres, docente de Economía de la Universidad de Eafit.
Y agrega que, si bien se está lejos de esa situación es preocupante “que en una época con mucho nerviosismo la deuda externa sigue creciendo por las necesidades de financiamiento del Gobierno que tiene que recurrir a los mercados externos”.
Y es que desglosando los compromisos, el banco central apunta que 72.873 millones de dólares corresponden a obligaciones públicas, en tanto que 63.311 millones de dólares, a privadas.
La deuda de la Nación a corto plazo asciende a 641 millones de dólares y la de largo plazo a 72.232 millones de dólares, mientras que las obligaciones de las empresas y personas a corto plazo ascienden a 21.277 millones de dólares y 42.034 millones de dólares a largo plazo.
Deuda pública
El 71 % del financiamiento del sector público está en cabeza del Gobierno central, seguido por las entidades descentralizadas nacionales que responden por el 20 % y el restante 9 % corresponde a obligaciones de otros actores.
En este sentido, Torres concluye que para hacer frente a este gasto “podría ser clave una reforma tributaria que aumente la capacidad de ingresos del Gobierno”, que soporte las obligaciones adquiridas .
En mis bolsillos hay una grabadora y unos audífonos; en mi mente, amor por el periodismo.