Colombia lleva desde marzo de este año con cifras negativas en las importaciones, y enero y febrero crecieron de forma limitada, 0,6 % y 0,4 % respectivamente. Así llegó la pandemia y le dio una estocada importante a las compras al exterior.
Entre enero y julio la variación negativa alcanza el 19,8 % con un cierre de 24.404,6 millones de dólares frente al mismo periodo del año pasado cuando llegó a los 30.420,2 millones de dólares, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane)
Tener la capacidad de adquirir productos fuera del país significa que la economía produce lo suficiente para hacerlo, y es más positivo, sobre todo, en la medida en que sean bienes que otorguen competitividad, a través de bienes primarios, intermedios o maquinaria y equipos.
De esta manera “mientras la economía no supere el coronavirus y se pueda reactivar todo el aparato productivo no la vamos creciendo de manera positiva, ni a las importaciones haciéndolo dinámicamente. Para que estas compras aumenten se requiere que el aparato productivo nacional lo haga, pues es el mayor demandante”, dijo Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex).
Para el economista Raúl Ávila, profesor de la Universidad Nacional, un aspecto relevante en las importaciones es que es un dinamizador del precio de los productos al consumidor final, que puede ser menor por esta vía, lo que es positivo para las personas que reciben más variedad de productos, aunque este ingreso puede poner en problemas a fabricantes locales si se trata de bienes finales.
Para Díaz es errado decir que exportar es bueno e importar es malo, pues “un país exporta para poder comprar en el exterior aquellas cosas que no produce, que lo hace de manera insuficiente”.
Sea como fuere, en los siete meses que van corridos del año, del total de las importaciones, 11,2 % fueron productos primarios y el 86 % bienes industrializados, y de estos: 21,2 % es la proporción de los extremos tanto las manufacturas basadas en recursos naturales como de los bienes de alta tecnología que aportan cada una esta cantidad ; 30,2 % fueron de media tecnología y 13,6 % de baja.