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Juan Carlos Salazar, el antioqueño que volará de la Aerocivil a la Oaci

Juan Carlos Salazar, hoy director de la Aerocivil, asumirá desde el primero de agosto un desafío de talla mundial.

  • Juan Carlos Salazar, actual director de la Aerocivil, quien se convertirá en secretario general de la Oaci en agosto. FOTO cortesía aerocivil
    Juan Carlos Salazar, actual director de la Aerocivil, quien se convertirá en secretario general de la Oaci en agosto. FOTO cortesía aerocivil
09 de abril de 2021
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“Suelo decir que los problemas en esta industria llegan a la velocidad del jet y deben resolverse también a la velocidad del jet”, dice Juan Carlos Salazar, antioqueño, director de la Aeronáutica Civil, al describir lo que ha sido su trayectoria en el sector durante más de 26 años.

La cúspide de esa carrera llegará el próximo primero de agosto cuando asuma como secretario general de la Organización de Aviación Civil Internacional (Oaci), que es la agencia de las Naciones Unidas especializada en esa industria, cargo al que arribará en un momento clave por la urgencia de recuperar y encarar el futuro del transporte aéreo mundial, al que la pandemia ha golpeado con fuerza.

Se trata del primer connacional en tomar las riendas de la Oaci y en entrevista con EL COLOMBIANO, Salazar habla del balance de su gestión en la Aerocivil, cómo la actual coyuntura ha cambiado a la aviación y cuál ha sido su recorrido hasta asumir la gran responsabilidad que se avecina.

¿Qué balance hace de su gestión hasta el momento en la Aerocivil?

“Ha sido un proceso intenso de, en primer lugar, establecer una hoja de ruta para el sector aeronáutico colombiano que se estructuró alrededor del Plan Estratégico Aeronáutico 2030 y la ejecución de las líneas base fueron adoptadas desde el 2018 en el Plan Nacional de Desarrollo. En ese sentido hemos venido mejorando la conectividad aérea y ahora, con la pandemia, restableciéndola. Además se ha impulsado la infraestructura aeroportuaria y aeronáutica. En el primer caso se concluyeron grandes proyectos que tienen un impacto muy importante en las regiones como las inversiones en el Aeropuerto Alfredo Vásquez Cobo, de Leticia; en el Antonio Nariño, de Pasto y en El Edén, de Armenia. También está la rehabilitación completa de la pista sur del Aeropuerto El Dorado (Bogotá), la cual se adelantó aceleradamente durante la pandemia y así mismo la recuperación de la pista del aeropuerto de Providencia y ahora los trabajos que se adelantan para construir una nueva infraestructura allí (nueva terminal y torre de control).

Adicionalmente hay una actualización del marco regulatorio del sector para alinearnos con las mejores prácticas internacionales, que fue básico para prepararnos para las auditorias que nos efectuó la Oaci a principios de este año.

Mención aparte merece también el avance logrado con respecto a la estructuración e inicio de obras para el nuevo Aeropuerto del Café (en Palestina, Caldas). El Gobierno Nacional adjudicó la primera fase de esas obras. Es un proyecto que se necesita para promover el turismo, la inversión y la conectividad aérea”.

¿Qué desafíos le trajo la pandemia al sector?

“El primero fue la suspensión abrupta de los servicios aéreos comerciales, pero también mantener vigente la operación en 68 aeropuertos. Durante el confinamiento hubo un trabajo intensivo de aviación de carga, de Estado y humanitaria y se realizó gracias a los servicios de las personas que trabajan en la Aeronáutica Civil. Ha sido un enorme reto en el que se ha podido contribuir a que el país se mantenga integrado.

Un segundo desafío es la estructuración de los protocolos de bioseguridad, que básicamente se construyeron alrededor de la experiencia de autoridades de aviación y de salud del mundo. Colombia fue pionero en Latinoamérica y luego los protocolos fueron modelo para otros países de la región. Se hizo necesario un trabajo muy cercano con las autoridades de salud y gobiernos locales del territorio nacional para restablecer la confianza en el transporte aéreo.

El tercer reto y también enseñanza es que esta preparación nos permitió una muy rápida reactivación del transporte aéreo comercial en Colombia. Cuando el Gobierno determinó la viabilidad de reiniciar las operaciones domésticas el primero de septiembre del año pasado, en cuestión de tres semanas ya teníamos casi el 90 % de las rutas que había antes de la pandemia restablecidas y el 40 % de las internacionales. En este momento se encuentran operando 102 nacionales y 48 internacionales y desde septiembre, a la fecha, se han movilizado más de 9,5 millones de pasajeros. Es un proceso que ha despertado gran interés en otros países”.

¿Qué tan lejos está Colombia de las cifras precovid en transporte aéreo?

“Colombia tiene una fortaleza importante y es el gran tamaño y la madurez del mercado aéreo doméstico, que es además un servicio esencial para integrar los territorios. Lo que sigue es el incremento progresivo de la capacidad del sistema, de un lado, porque hay restricciones que subsisten en cuanto a disponibilidad de personal y normas de distanciamiento físico y protocolos de bioseguridad, y de otro, por cómo avancen las restricciones que se imponen en otros territorios que afectan el transporte internacional y también en el país debido a la pandemia. Por ejemplo, en este momento enfrentamos el tercer pico del virus y la situación de emergencia en salud pública sigue muy vigente y eso afecta la dinámica de la demanda de pasajeros. Tenemos la confianza de que el mercado local seguirá fortaleciéndose como lo ha hecho desde el primero de septiembre a la fecha, y en cuanto al internacional habrá que observar cómo evoluciona”.

¿Para dónde irá la aviación con todo lo que ha pasado?

“Es un poco prematuro predecir los cambios. Un efecto que se está viendo es que se han multiplicado los vuelos directos, punto a punto, más que los que son a través de grandes centros de conexiones. Eso es un fenómeno observado en otros mercados aéreos del mundo. De otro lado se han simplificado los vuelos en el sentido que se desagregan los servicios y esta tendencia la están aplicando prácticamente todas las aerolíneas del planeta; vender el servicio básico de transporte y si se requieren algunos adicionales se deben pagar, como un asiento más cómodo o llevar maleta”.

¿Qué tareas tiene el sector en el país para ser más competitivo?

“Se debe continuar en la hoja de ruta a 2030. Es la primera vez que el sector cuenta con una que comprende cada aspecto para su desarrollo. Hay que seguir avanzando hacia el fortalecimiento institucional, particularmente de la Aeronáutica Civil, que presta unos servicios esenciales y es el regulador. Se requiere continuar ganando competitividad en la industria, la covid-19 plantea unos retos grandes tanto para las aerolíneas como para los aeropuertos y demás actores. También promover la conectividad aérea local e internacional porque se acerca a las regiones colombianas con los principales centros de producción y de consumo nacionales y del mundo.

Se necesita proseguir con el cumplimiento de los más altos estándares en seguridad operacional, de los cuales logramos avances importantes y buscamos ser el país líder en la región y de los principales en el mundo. Adicionalmente, desarrollar una industria aeronáutica y aeroespacial es un objetivo estratégico; ya Colombia está produciendo partes, piezas y repuestos, somos exportadores importantes de servicios calificados en el sector aeroespacial y empezamos a producir aeronaves livianas (ALS) que también se están comercializando en el país. Debe incentivarse ese tipo de industria y construir el marco de cualificación y las habilidades necesarias en el personal que trabaja allí trabaja para que siga soportando el crecimiento del segmento aeronáutico nacional”.

¿Se alcanzará la meta de movilizar 100 millones de pasajeros a 2030 en el país?

“Es posible alcanzarla. Tenemos que monitorear cómo avanza la recuperación del sector los próximos dos años pero pensamos que en 2030 estaremos con el mismo reto: cómo movilizar de forma eficiente y segura más de 100 millones de pasajeros”.

Pasando a su nombramiento como secretario general de la Oaci, ¿cómo ha sido su trayectoria?

“Llevo más de 26 años dedicado al sector aeronáutico en Colombia y otros territorios. Inicié mi carrera en el país trabajando con una aerolínea de transporte internacional de carga y allí aprendí y me enamoré de este ramo, que es muy diverso y plantea grandes retos que deben solucionarse rápidamente. Suelo decir que los problemas en esta industria llegan a la velocidad del jet y deben resolverse también a la velocidad del jet.

A partir de allí empecé una carrera en la que quise prepararme mejor, hice una maestría en derecho aeronáutico y espacial en la Universidad de McGill, en Canadá, luego regresé a Colombia y trabajé con el Gobierno entre el 2000 y el 2006 como director general de Transporte Aéreo en el Ministerio de Transporte y posteriormente en la Aerocivil, como director de la Oficina de Transporte Aéreo. Fueron años de grandes experiencias y retos en ese entonces por la crisis generada a raíz de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.

En 2006 me retiré de mis labores en la Aerocivil e inicié a trabajar con la Autoridad de Aviación Civil en los Emiratos Árabes Unidos, donde fui asesor en temas de transporte aéreo y regulaciones internacionales y laboré casi 12 años. Culminando 2017 me retiré de allí y fui invitado por el gobierno colombiano a asumir la dirección de la Aerocivil, posición que ocupó desde el 5 de enero de 2018. Han sido tres años y tres meses de retos, avances y queda por delante un camino largo para que el sector aeronáutico colombiano logre todo su potencial. Esa es la trayectoria y académicamente también tengo una maestría en Administración Pública de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Harvard”.

¿Y cómo llega a la Oaci?

“El año pasado se inició un proceso por parte de la Oaci para seleccionar su nuevo secretario general que empieza el primero de agosto de este año y tuve la oportunidad, con el acompañamiento de la Cancillería colombiana, de hablar con los 36 países miembros del consejo de la organización, escuchar sus inquietudes y plantear una visión respecto a lo que podría ser el desarrollo de la Oaci y la aviación civil en los años que vienen y en ese orden de ideas el consejo decidió a finales de febrero, por votación, elegirme como el secretario general que asumirá las riendas de la organización”.

¿Cuál fue esa visión que planteó frente al desarrollo de la Oaci?

“La Oaci tiene retos al interior como organización que tienen que ver con aspectos presupuestales, de manejo de talento humano y de los procesos que lleva a cabo; pero sobre todo hay externos, sobre la recuperación del sector aeronáutico mundial. La afectación que vivimos en Colombia en este sentido es todavía más profunda en otros países y la Oaci es el organismo especializado de la órbita de Naciones Unidas en materia de aviación civil, parte del desafío que se tiene ahora es la recuperación en el transporte aéreo global que se ve afectado por las medidas de cada gobierno por motivos de salud pública. Por otro lado, seguir en la implementación de todos los estándares que la Oaci le envía a los estados miembros y sus auditorías y prestar mayor asistencia técnica a algunos territorios que no tienen la capacidad para adelantar las estrategias recomendadas. Eso es lo que sigue para la organización”.

¿Cuáles serán sus funciones?

“El secretario general tiene como responsabilidad principal administrar los recursos financieros y el talento humano de la organización, establecer un plan estratégico para la implementación de los objetivos que se han priorizado por el consejo de la Oaci y entregar los programas que se vienen adelantando. Buscamos alinear las oficinas y bureaus y hemos planteado un proceso de transformación tecnológica que permita de trabajar de forma más coordinada en un programa que se llama ‘Una Oaci”.

Volviendo a Colombia, ¿al fin somos o no un país de cielos abiertos?

“Colombia ha venido avanzando de forma importante en su política aérea comercial. Ese tema de cielos abiertos admite dos tipos de lecciones, por un lado en el mercado doméstico la competencia está abierta en cuanto a las líneas aéreas que quieran ofrecer rutas y servicios a un determinado precio; a nivel internacional el transporte aéreo se encuentra regulado por acuerdos bilaterales y es un proceso en el que se deben encontrar las voluntades de Colombia y del otro país con el que se cuenta con un acuerdo.

En el territorio nacional se ha avanzado en una política de liberalización del mercado aéreo internacional y hemos venido negociando, firmando y estableciendo acuerdos aéreos comerciales que se ha reflejado en mayor conectividad; hoy tenemos 69. Además, el país le ofreció a la Oaci ser el anfitrión de la Conferencia Mundial de Negociaciones de Acuerdos Aéreos y se espera, de acuerdo como evolucione la situación de salud pública, que se lleve a cabo en diciembre, en Medellín. Es el encuentro más importante en el que todas las autoridades del mundo se dan cita para establecer este tipo de acuerdos”

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