En Colombia, siete de cada diez jóvenes millennials se preocupan por su situación financiera y tanto la idea de un futuro (60 %) en esta esfera, como sus necesidades económicas diarias (58 %), contribuyen a sentimientos de estrés.
El análisis es producto de una encuesta de Deloitte realizada a 18.400 personas que nacieron entre 1983 y 1994, es decir quienes tienen entre 26 y 37 años, de las cuales 304 están en Colombia, sobre todo en áreas urbanas, aclaró Juan Sebastián Gómez , gerente de Capital Humano de Deloitte en Colombia (ver Paréntesis).
En este grupo etario, 24 % consideran que no podrían atender un compromiso financiero mayor y no previsto, y confiesan que se han retrasado en sus pagos en algún momento, por su descuido o por falta de capacidad en los últimos seis meses (37 %).
Esta inquietud emocional, dice el psicólogo Santiago Gualteros, se puede analizar desde tres aristas: “la seguridad, que lo invita a uno a tener un punto en el cuál anclarse (como un trabajo estable o tener suplidas sus necesidades como comida, el pago de los servicios o vivienda); generar sentido de pertenencia e identidad para organizarnos y generar espacios de emocionalidad; y la necesidad de autorrealización, cómo con la elección de carrera o modo de vida podemos transitar hacia este camino”.
Para Gómez, un asunto importante es que pese a que “esta generación es juiciosa con sus finanzas y tiene la capacidad de presupuestar, les preocupa porque poseen menos riqueza de las generaciones anteriores a la misma edad, y esta generación ha enfrentado dos crisis económicas: la de 2009 y la que desata el coronavirus; además este grupo de personas empezaba a tener su mejor momento económico”.
Vale aclarar que los encuestados tienen en su mayoría un título universitario (58 %), trabajan tiempo parcial o total (76 %), tienen hijos (69 %), están en un cargo de nivel senior (34 %) e intermedio (29 %) de liderazgo y la compañía tiene entre 10 y 99 empleados (25 %) o 1-9 (24 %).