viernes
8 y 2
8 y 2
A pesar de que las tasas de adopción financiera en el país son bajas para los micro, pequeños y medianos empresarios, la falta de financiamiento es uno de los cuellos de botella para los más de dos millones y medio de negocios de este tipo, según la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi).
Así se reflejó en los datos de la Gran Encuesta Pyme 2020 que lideró Anif, gremio de instituciones financieras, en la que el 14 % de los consultados señaló las dificultades para financiarse, el 28 % apuntó a la falta de demanda y el 27 % al costo de los insumos, para poner en marcha sus proyectos.
No obstante, en esa misma medición hubo variaciones positivas en relación con los resultados de 2019 en las solicitudes de crédito al sistema financiero.
El incremento de peticiones en las empresas del sector industrial fue de 6 puntos porcentuales pps (de 30 % a 36 % en 2020); de 13 pps en el de comercio (del 25 % al 38 %); y 11 pps en servicios (21 % a 32 %), pero frente al histórico de los ocho últimos años los porcentajes de 2020 están por debajo de la media (44 % en industria, 43 % en comercio y 39 % en servicios).
Además, la encuesta reflejó una fuerte tendencia a la baja en la aprobación de los créditos, con porcentajes menores al 72 % cuando el promedio desde 2012 estaba en 93 %.
Cuando se les preguntó a los empresarios las razones para no solicitar un crédito en el sistema financiero, la mayoría respondió que no lo necesitaba, que los costos financieros eran elevados, que había exceso de trámites con procesos muy largos, y que suponía que su solicitud sería negada.
Las pymes, de acuerdo con Anif, representan el 99 % del tejido empresarial colombiano, generan el 60 % del empleo y aportan el 28 % del PIB, esto sin contar los subregistros que hay por el sector informal. Un peso representativo que demuestra la importancia que tienen en la economía nacional.
Gabriel Jaime Rico, director territorial de Acopi Antioquia, comenta que en muchas ocasiones el desconocimiento que tienen los empresarios en los temas financieros influye en las tasas bajas.
En ocasiones, esto los lleva a buscar alternativas de financiación informales que a la larga les resultan más costosas que solicitar un crédito o adquirir un producto con el sector formal.
“Gran parte de los pequeños y medianos empresarios no conocen los productos del sector financiero. Aunque todos los días se generan campañas que facilitan su acceso con estrategias de conocimiento y capacitación, no todos saben qué es un leasing o una compra de cartera, y en general las distintas herramientas que ponen los bancos y las entidades para que la gente pueda trabajar desde el punto de vista financiero”, sostiene Rico.
Un punto en el que el director hace énfasis, y que se reflejó en la Gran Encuesta de Anif, es en los costos de dichos servicios. En su concepto, el hecho de que los empresarios mencionen este factor en su decisión de no acceder a un crédito con las entidades formales se suma a lo dilatados que son los procesos cuando requieren apalancamiento financiero para sus proyectos.
“Las pymes no saben qué hacer cuando les niegan la solicitud de crédito, no tienen claro qué otras puertas pueden tocar, y eso hace que, con el exceso de trámites, el costo se eleve al querer buscar apoyo para su plan de negocio”, señala Rico.
Andrés Villegas, CEO de Viliv, una plataforma digital que acompaña a las pymes en su proceso de desarrollo, resalta el hecho de que la petición de créditos y ayudas bancarias, aunque aumentó con relación a años anteriores, aún está en terrenos inferiores al histórico de solicitudes financieras, además de que la aprobación de los préstamos estuvo muy por debajo del porcentaje en épocas diferentes.
Crisis como la actual, en la que según Villegas las pymes están más expuestas que cualquier otro sector productivo con un crecimiento de ventas entre el 5 % y el 10 %, cuando antes superaba ese margen, demanda que los empresarios tomen decisiones inteligentes en el uso de sus recursos y el capital de trabajo. Su recomendación es “hacer ejercicios de optimización financiera, teniendo un plan de priorización del uso del capital, premiando los negocios que generen mayor flujo de caja y logrando hacer acuerdos de pagos con acreedores, proveedores y clientes”.
Otro problema que resalta Anif, en su comentario económico del pasado 28 de enero, es el de la escasa inversión que realizan los empresarios de este segmento en innovación y tecnologías de la información, lo cual les impide acceder a los servicios digitales que les ponen a su disposición las entidades financieras como método para lograr su inclusión.
El gremio calcula que solo el 40 % a 45 % de las pymes en el país tiene ingreso al sector financiero formal, y lo hace “para suplir problemas de liquidez y no para expandir o modernizar los negocios. Un hecho que, en últimas, va en detrimento de la productividad y la competitividad”.
La vicepresidenta de Negocios de Bancolombia, Cristina Arrastía, reportó que durante 2020 los clientes del segmento pymes en la entidad crecieron de 141.279 a 145.533. Estos adquirieron productos como crédito, ahorro e inversión, soluciones transaccionales, soluciones en seguros y cobertura del riesgo.
Desde el punto de vista de Arrastía, las pymes han venido incrementando la adopción financiera, lo cual se refleja en la presentación de estados financieros bajo NIIF, y comparte su concepto de que en las firmas más pequeñas es en las que hay más oportunidades de mejora para hablar de una adopción total.
“Vemos que las pymes pueden apalancar este proceso, a través de la formalización, la reducción del efectivo, y un adecuado registro de la información financiera y del negocio”, dice Arrastía.
Agrega la directiva que los bancos cuentan con información disponible en sus plataformas para que los empresarios la utilicen en el crecimiento y el desarrollo de sus unidades, con programas de educación financiera en el que les explican las formas como pueden acceder al financiamiento formal
Colaborador. Comunicador Social Periodista U. de A., Especialista en Gerencia del Mercadeo UPB.