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Al día, 1.024,1 pesos es el aumento que verán en su remuneración en 2021 los colombianos que ganan un salario mínimo mensual, luego de que el presidente Iván Duque informara que este incrementará 30.723 pesos (3,5 % más), pasando de 877.803 pesos a 908.526.
Además, el subsidio de transporte, dijo el mandatario, pasará de 102.854 pesos a 106.454, un alza en la misma proporción, lo cual establece un salario mínimo de 1.014.980 pesos sumando el auxilio, algo que se da “por primera vez en la historia de Colombia”.
La medida impactaría a entre 1,8 millones y 2,5 millones de trabajadores que, estiman centrales obreras y Asofondos, ganan esta proporción, e incluso a un grupo más importante: 12,4 millones de personas, entendiendo que según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) de los 19,5 millones de los ciudadanos ocupados que se registraron entre enero y octubre de este año, el 63,8 % percibía ganancias y salarios laborales que llegan a este tope (ver Semáforo).
Para el grueso de quienes no alcanzan el mínimo, exalta Raúl Ávila, profesor de Economía de la Universidad Nacional, la determinación del Gobierno afectaría su poder adquisitivo, en la medida en que la variación de los precios será distinta en los diferentes bienes y servicios y en algunos casos el 3,5 % adicional sería insuficiente.
La noticia contrastó la opinión de tres segmentos fundamentales de la actividad productiva. De un lado los gremios, que la analizan como prudente; de otro los empresarios, que dicen que no será suficiente si lo que se busca es generar más empleo; y por último los trabajadores, que consideran que el aumento no alcanza para acarrerar los gastos del día a día.
“El incremento de 3,5 %, si bien significa un esfuerzo importante para una gran cantidad de empresas que han vivido una afectación compleja durante este año, es también un acto de solidaridad con los trabajadores en el sentido que se logra un aumento real de más del 1,5 puntos porcentuales sobre la inflación para este año”, comenta Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi).
Empresarios, al tablero
Pese a las positivas reacciones del gremio, entre los ejecutivos de las unidades productivas la perspectiva es un poco más moderada. Por ejemplo, Luis Bombiela, gerente del Medellín Marriott Hotel, dice que en el caso del sector turístico la situación sigue siendo compleja con una ocupación baja en los alojamientos.
“Nosotros quisiéramos pagar muchísimo más, pero en la coyuntura en la que estamos no vemos grandes ayudas del Gobierno (...) aunque la variación del salario mínimo no es tan relevante, de 30.000 en 30.000 —refiriéndose al aumento de 30.723 pesos— se golpea a cualquier segmento del turismo en este momento”, agrega Bombiela.
De su lado, Guillermo Criado, gerente general comercial de Patprimo Telas, afirma que el aumentar los ingresos de los trabajadores debe ir de la mano con la salud de las empresas, protegiéndolas de “las importaciones desmedidas” y privilegiando la mano de obra colombiana y los productos nacionales.
En tanto, Elizabeth Salazar, directora administrativa de Uniformes Nacionales, destaca que la medida será un reto para los empresarios que hoy tienen “un alto nivel de responsabilidad en el proceso de reactivación económica y superación de las dificultades generadas por la pandemia”, teniendo en cuenta que se trata de un alza por encima de la inflación anual de 1,5 % –a noviembre–.
Lupa al gasto
Pero ¿cómo se repartiría ese mínimo del 2021 en un colombiano promedio? Los datos a corte noviembre de la consultora especializada en consumo Raddar, dicen que en la composición del gasto de los hogares del país, en ese mes, la mayor parte de los recursos fueron para alimentos (32,8 %) y obligaciones relacionadas con el hogar (23,8 %), entre otros (ver Gráfico).
Tomando como base el mínimo de 908.526 pesos del 2021 y los datos de esa firma, lo que se podría plantear es que un ciudadano promedio que devengue esta suma contaría con 297.996,53 pesos para suplir sus necesidades de alimentos en el mes; 216.229,19 pesos para atender obligaciones como servicios y arriendo; 148.998,26 para transporte y comunicaciones; 49.968,93 para educación; 44.517,77 para salud; 23.621,68 para entretenimiento; 21.804,62 para moda (ropa y calzado, entre otros) y 104.480,49 que irían a otro tipo de gastos.
Para Ramón Javier Mesa, docente de la Universidad de Antioquia, “este incremento es el más bajo en muchos años y es una cifra que luce bastante insuficiente para la gran cantidad de necesidades que tienen muchas familias en el país”.
No obstante, el académico comentó que no se puede olvidar la caída histórica que tendría el Producto Interno Bruto (PIB) este año —que se prevé entre 6 % y 7 % según calcula el Ministerio de Hacienda—, así como la pérdida de empleos (al cierre de los diez primeros meses del año se registraron 2,64 millones de ocupados menos que en el mismo lapso de 2019, según el Dane) y la baja productividad, que cerró el 2020 en -0,60 de acuerdo con cifras preliminares del propio Dane.
Precisamente, Jaime Alberto Cabal, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) refirió que teniendo en cuenta esas dificultades que muestra la economía colombiana, junto con la inflación anual “el salario mínimo (de 2021) es ponderado y generoso”.
“Permite, por un lado, incrementar varios puntos en el poder adquisitivo de los trabajadores, y por otro, preservar las posibilidades de recuperar el empleo perdido y generar nuevos trabajos para los colombianos”, añadió Cabal.
Trabajadores, inconformes
Leidy, quien devenga el mínimo en una empresa de telecomunicaciones —y manifestó no querer hacer público su apellido ni su sitio de trabajo— explica que en los gastos que más le duele ese “leve” aumento es en la suma del alza de la canasta básica de alimentos, el canon de arrendamiento y las tarifas del transporte público.
“La mayoría de los que ganamos el mínimo no tenemos un vehículo propio, ni casa propia. Es algo que parece que no se pensara cuando se toman estas decisiones”, indica la trabajadora de 30 años.
En ese mismo sentido se expresó la Central Unitaria de Trabajadores (CUT Colombia), cuyo presidente, Diógenes Orjuela, manifestó un “absoluto rechazo” al ajuste.
“Las centrales obreras lo consideramos indignante y salido de la realidad nacional (...) no introduce dinero en el bolsillo de los sectores menos favorecidos y no se compadece con la pérdida de ingresos que tuvieron los sectores de salario mínimo de 12,2 % ocurridos durante la pandemia”.
En perspectiva de Adrián Garlati, profesor de la Universidad Javeriana, en general para el colombiano de a pie la variación del monto en 2021 podría ser positiva, aunque no garantiza que sea favorable para que las empresas se animen a emplear más porque los costos de contratación también subirán. “No creo que en la creación de puestos formales la medida tenga mayor efecto”.
Al final, acota Rosmery Quintero, presidente de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi), en la decisión del Gobierno, que en su concepto es “moderada”, se tuvo en cuenta al tejido empresarial así como el poder adquisitivo de los trabajadores. La ejecutiva mencionó que ese 3,5 % no solo se aplicaría a quienes devengan al mínimo, sino que por general se transmite a la totalidad de la nómina en las firmas.
Ahora queda por ver si esta determinación puede impulsar el repunte de la economía nacional en 2021, año en el que el Ejecutivo tiene las fichas puestas en que el PIB crezca entre 4 % y 5 %
En mis bolsillos hay una grabadora y unos audífonos; en mi mente, amor por el periodismo.