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Nudos que enredan el crecimiento sostenido

La Cepal identificó varias problemáticas que los gobiernos de la región deben atacar para garantizar el bienestar financiero. La solución transversal: aumentar la mano de obra productiva, que esté calificada.

  • Alicia Bárcena es la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Foto Cortesía Cepal
    Alicia Bárcena es la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Foto Cortesía Cepal

El crecimiento sostenido tiene en cuenta muchas variables, y entre esas, la social se destaca como una de las más importantes. Políticas económicas que vayan en pro de mejorar las condiciones de trabajo, o dar vías de emprendimiento, pero también invertir en gastos como la educación más allá de la básica es fundamental, ese es el postulado de la Comisión Económica para América Latina (Cepal).

De ahí que el organismo multilateral identificara estos nudos que están generando que el crecimiento económico de la región no se dé de manera equitativa y con perspectiva social.

La persistencia de la pobreza, desigualdades estructurales, brechas de desarrollo, déficit de trabajos decentes, la institucionalidad social aún en construcción, falta de inversión social y “emergentes urgentes” (como el cambio climático, violencia, además de los cambios tecnológicos) son las trabas.

Dice Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, que esos nudos no pueden entenderse como problemas a solucionar de manera aislada, y que por el contrario urge que exista una directriz que entienda cómo resolver las deficiencias de manera conjunta.

“Se destaca que estos nudos están interrelacionados y, por lo tanto, es necesario actuar de manera conjunta y priorizar la acción en estos ámbitos. Una agenda regional de desarrollo social inclusivo deberá atenderlos de manera prioritaria, como vía para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la región”, puntualiza Bárcena.

Una de esas políticas transversales gira en torno a mejorar las condiciones económicas con el aumento de la masa de trabajadores productivos, eso incluye: trabajadores informales, las mujeres en situación de pobreza, las poblaciones rurales, los pueblos indígenas y las poblaciones afrodescendientes.

Mano de obra calificada

Frente a esto el reto es grande: sólo para poner un ejemplo en términos de competitividad laboral para la población indígena el rezago es grande. Datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) dan cuenta que de los 1,9 millones de colombianos que se auto reconocen como indígenas, sólo el 6,7 % cuenta con educación superior, frente al 18,8 % del total nacional. Y sólo el 0,6 % tienen estudios de posgrado.

Explica la Cepal que el nudo de generar oportunidades de educación en materia de actualización tecnológica es uno de los más urgentes si lo que se quiere es solucionar la desigualdad económica (ver Radiografía).

“Ello se materializa tanto en la construcción de capacidades transversales como en la atención a las nuevas demandas asociadas al cambio tecnológico. Fortalecer la educación, garantizando el acceso a servicios de alta calidad y poniendo atención a las desigualdades y necesidades territoriales, es clave”, argumenta la organización.

Materia en la que la ministra de Trabajo, Alicia Arango, ha dicho que Colombia debe empezar a generar planes para que la mano de obra en Colombia se acomode a las nuevas exigencias de una industria digitalizada.

De hecho el más reciente ranking de competitividad del Foro Económico Mundial denota cómo Colombia debe implementar iniciativas para mejorar en ese pendiente, pues en el apartado Habilidades de la fuerza laboral del futuro tuvo una calificación de 59,3, sobre 100. El país es 71 entre 141 naciones .

Infográfico
Sergio Rodríguez Sarmiento

Tengo más libros de fútbol que calzoncillos y medias.

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