El hecho de que la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) siga sin pronunciarse sobre la presunta dominancia de Claro en el mercado de servicios móviles en Colombia mantiene nerviosos a los demás operadores que ven en esta decisión la clave para ser más competitivos, aumentar su inversión en infraestructura y entregar un mejor precio a los consumidores.
Por ahora la CRC no ha tomado una determinación sobre el tema y vale recordar que debido a la pandemia se retrasaron los procesos en curso, actividad que solo se retomó en julio por la entidad.
Juan Fernando Pérez, profesor de la Escuela de Ingeniería, Ciencia y Tecnología de la Universidad del Rosario, le explicó a EL COLOMBIANO que la relevancia de la decisión incluye aspectos como la concentración del mercado evaluado, el poder de fijar tarifas e incluso de impedir que otros jugadores entren a competir, y justamente esa es la decisión que tiene la CRC en sus manos.
Que Colombia sea un país que tiene precios más altos por gigabyte frente a otros territorios parecidos de América Latina “significa que sí podríamos tener precios más bajos, lo que lleva a buscar mecanismos para que ellos sigan disminuyendo”, dijo Pérez.
Esto coincide con los datos de cómo el país dobla el costo ajustado por poder adquisitivo, por 1,5 GB desde 29,61 dólares frente a un México que destina 14,75 dólares para esto o Chile que invierte 15,15 dólares, según cifras de la UIT, organismo de las Naciones Unidas para TIC y citadas por Analysys Mason firma contratada por Tigo para analizar el mercado en Colombia.
“Desde hace cuatro años, venimos insistiendo en que la alta concentración de mercado afecta el bolsillo de los colombianos. Y si no hay una pronta decisión la brecha digital se profundizará”, afirmó el presidente de Tigo, Marcelo Cataldo (ver ¿Qué Sigue?).
En este sentido para Pérez, es clave la existencia de una autoridad convergente “capaz de regular integralmente a los operadores y de tener un espectro más amplio de los servicios que regula y asegurar que no haya prácticas anticompetitivas”.
Un asunto importante en esta evaluación es que Colombia “es indudable que hay un mercado en el que hay competencia (con 11 operadores) el problema es que está distorsionado porque el Estado es operador y regulador (Ej: Movistar)”, aseguró Jorge Bravo, director general de Digital Policy & Law.
¿Sí hay dominancia?
Desde el punto de vista de Tigo y el estudio realizado por Analysys Mason, en Colombia no solo hay un mercado concentrado sino que está creciendo.
Johan Obradors, líder del análisis, asegura que mientras en 2012 Claro tenía el 41 % del mercado de datos móviles medido por ingresos, ese dato hoy es del 61 %, lo que implica que “los restantes 10 operadores deben disputarse los 41 pesos sobrantes y sus márgenes de rentabilidad hacen que disminuya su competitividad”.
Además, dice, en el último año esta compañía invirtió el 18 % de sus ingresos en 2019 mientras Tigo puso el 33 % y Movistar el 20 %. La explicación de esto es que las compañías se ven abocadas a hacer inversiones más grandes “dado que de otra forma saldrían del mercado”, afirmó el experto.
Así las cosas, afirma, con la baja rentabilidad, los operadores carecen de incentivos para invertir en la expansión de redes lo que redunda en que el 4G tenga una de las penetraciones más bajas en la región.
Desde la orilla de Claro el análisis es distinto. La compañía sostuvo que la concentración en el mercado ha caído, y de hecho la compañía “perdió cerca de 20 puntos de participación” entre 2013 y 2020, todos los operadores tienen bandas bajas.
Adicionalmente citando a la CRC asegura que “las tarifas de servicios móviles han bajado más de un 50% en los últimos cuatro años producto de la competencia” y que “el precio por gigabyte de consumo de Internet en el país tuvo una disminución de dos terceras partes en los últimos años”.
Obradors rebatió estos argumentos al sostener que esto pudo haber sucedido debido a los cambios tecnológicos más que a un alto nivel de competencia.
Claro afirmó que “ha realizado 60 de cada 100 pesos de la inversión acumulada en el sector en los últimos 20 años, lo que es equivalente a más de 15.000 millones de dólares, mientras que en los últimos cuatro años, Avantel, Movistar y Tigo dejaron de invertir en infraestructura de voz y de Internet Móvil”.
Cataldo sostuvo que estos análisis son lógicos en momentos donde hay un operador que se queda con una porción más grande del mercado en ingresos.
La preocupación del estudio es que la posición de dominio que se presume en móviles se traslade a fijos con el empaquetamiento de productos. “Va a ser muy relevante que el regulador defina que exista un mercado relevante del triple play (internet, voz y tv paga), pero también es difícil de demostrar: ya quisieran los operadores tener a esos clientes empaquetados, mientras los ingresos de los hogares no les permite tener obligatoriamente los tres servicios”, afirmó Bravo.
Ahora, concluyó: “si los operadores son convergentes y pueden competir en todos los servicios, eso quiere decir que pueden tener más oportunidades en un servicio que en otro por lo tanto, le restas dominancia al incumbente (Claro), que tiene una mayor participación de mercado”, lo que desde su perspectiva está en un contexto con mejores tarifas, más operadores y espectro .