Las investigaciones por el crimen contra Miguel Uribe Turbay avanzan en varias líneas y una las hipótesis que rastrea la Fiscalía es que el crimen –cometido el pasado 7 de junio– fue organizado y dirigido por las disidencias de las Farc. Las pistas recogidas hasta ahora, al menos en esa línea de investigación, conducen a Caquetá.
En el departamento del Caquetá las comunidades han tenido que lidiar con la presencia de varios actores armados. Ese territorio, particularmente, es un escenario de disputa entre las disidencias de alias Calarcá y de Iván Mordisco. Sin embargo, también se ha documentado la presencia de la Segunda Marquetalia –dirigida por Iván Márquez– y de los Comandos de Frontera.
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Las pistas que conducen a Caquetá en este intento de magnicidio no son menores:
Cuando capturaron a Katerine Andrea Martínez Martínez, alias Gabriela –joven de 19 años implicada en el crimen– la hallaron mientras buscaba refugio en ese departamento. Relató que le pidieron ir allá porque “la guerrilla la protegería”. De hecho, el segundo capturado, Carlos Eduardo Mora González –señalado operador logístico del crimen– es de Caquetá y tenía, desde 2024, un proceso activo por el delito de porte ilegal de armas.
Para terminar el rompecabezas será esencial la captura de Elder José Arteaga Hernández, alias Chipi o El Costeño. El hombre es el señalado de contactar a la red de delincuentes que participaron en el crimen. Para la Policía, no es un sujeto desconocido, tiene antecedentes por delitos como extorsión, lesiones personales, desplazamiento forzado y violencia intrafamiliar. Las autoridades no descartan su relación con un grupo disidente, guerrillero o de delincuencia organizada.
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En el celular del joven de 15 años que accionó el arma contra el senador y precandiato presidencial también encontraron 17 contactos sospechosos. La Fiscalía trata de rastrearlo para determinar si se trataban de hombres pertenecientes a alguna estructura ilegal.
Un informe de Policía Judicial, con los hallazgos de una inspección forense a ese aparato, analizó los contactos del aprehendido Juan S.R.C. Se constató que no tenía instalada la tradicional APP de mensajería WhatsApp y tampoco usaba aplicaciones de pago por internet como Nequi.
Tenía instalada Facebook y entre sus contactos, 17 usaban como foto de perfil emblemas guerrilleros, tanto del Ejército de Liberación Nacional (ELN) como de las disidencias de las Farc. En esas imágenes se observaban algunas personas vistiendo uniforme camuflado y retratos de antiguos comandantes insurgentes, como “Jesús Santrich” y “Alfonso Cano”.
De momento, las disidencias de alias Iván Mordisco emitieron un comunicado en el que apuntan que no participaron en el intento de magnicidio. De otro lado, las disidencias de alias Calarcá y de Walter Mendoza permanecen sentados en los intentos de negociar la paz con el Gobierno. Por fuera solo está la disidencia que comanda alias Iván Márquez: la Segunda Marquetalia.
Alias Iván Márquez alcanzó a firmar el acuerdo de paz como guerrillero de las Farc en 2016. Sin embargo, renunció al proceso y retomó las armas junto a Jesús Santrich y alias El Paisa.
Márquez tiene acumuladas 80 órdenes de captura vigentes por terrorismo, narcotráfico, secuestro, homicidio, extorsión, reclutamiento forzado, tráfico de armas, concierto para delinquir, rebelión, desplazamiento forzado, uso ilegal de insignias y uniformes, una Circular Roja de la Interpol y una solicitud de extradición a Estados Unidos. En abril pasado, el Ministerio de Defensa aseguró que no tenía información certera sobre su paradero.
El pasado 21 de noviembre de 2024, los Comandos de Frontera (presentes en Putumayo y Caquetá) y la Coordinadora Guerrillera del Pacífico (Nariño y Cauca) emitieron un comunicado en el que confirmaban su separación de Iván Márquez por diferencias “irreconciliables” con él.
Informes de Indepaz indicaban que esta disidencia tenía 1.751 integrantes, de los cuales 1.162 hombres formaban parte del brazo armado y 589 estaban en las redes de apoyo. Se estima que el 80% de esos hombres continúan en la mesa de paz. Es decir, todavía hay un grupo de hombres en armas que permanece fiel a Márquez.
Desde la ruptura de la Segunda Marquetalia, Iván Márquez ha permanecido en las sombras y su paradero es una incógnita. De otro lado, varias pistas del atentado a Miguel Uribe conducen a Caquetá y lo relacionan con las disidencias de las Farc.