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La economía circular busca consolidarse como la fórmula para promover la eficiencia en el uso de materiales y la capacidad de recuperación de los ecosistemas, y la vicepresidencia de Agua y Saneamiento del Grupo EPM ejecuta una serie de iniciativas en esa dirección, en Colombia y en el exterior.
El jefe de esa división, Santiago Ochoa Posada, destacó los proyectos que se desarrollarán en Chile, donde EPM hace presencia con la compañía Aguas Antofagasta, dedicada a la explotación de los servicios públicos de producción y distribución de agua potable, y de recolección y disposición de aguas servidas.
Parte del reto está asociado a los futuros cambios constitucionales que tendrá el país austral, donde se están imponiendo dos corrientes, una de ellas la propiedad sobre los derechos del agua.
“En parte, lo que la nueva Constitución chilena quiere establecer es que los derechos de agua que no se estén usando sean propiedad del Estado, es decir, que se intentará recuperar derechos que están en manos de particulares”, explicó el funcionario.
Y añadió que la intención es garantizar la seguridad hídrica del país, porque es consciente que dada su condición particular y en un entorno de cambio climático se verá abocado a situaciones extremas.
Las alternativas
¿En ese contexto, en qué estrategias está trabajando EPM en Chile? Una de ellas es aprovechar las aguas desaladas para la producción minera.
“Las grandes compañías mineras ubicadas en Antofagasta están construyendo plantas desaladoras y sistemas de transporte desde la costa hasta las zonas de faena minera, a unos 150 kilómetros de distancia y hasta 1.400 metros de altura para poder mantener las tareas de extracción de cobre”, dijo Ochoa.
Pero, a través de su filial en Antofagasta, EPM está desarrollando un proyecto en la ciudad de Calama que toma el agua residual de los hogares, que sale de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) para hacerle un proceso adicional y llevarla a las actividades mineras de Codelco.
¿Cuánto se está invirtiendo en este desarrollo? “Por ahora las cifras no se pueden publicar porque estamos en negociaciones, y aunque la ejecución de la obra está aprobada aún falta el acuerdo de los precios y el anexo técnico. Esperamos tener definido a comienzos de julio”, indicó.
El trabajo contempla recolectar el agua residual, hacerle el tratamiento de estabilización, extender tuberías y llevarla hasta los yacimientos de cobre de la empresa. “No se requerirá un sistema complejo de bombeo ya que Calama está ubicada en la mitad de la cordillera”, agregó.
Esto permitirá que el agua que esta usando Codelco que es de pozos e incluso de arroyos quede disponible para el uso humano y la agricultura, más en momentos de sequía como los vividos recientemente por efecto del cambio climático.
La segunda alternativa se adelanta en la ciudad de Antofagasta (norte de Chile), donde la Empresa Concesionaria de Servicios Sanitarios (Econssa) sacó a licitación un proyecto similar al de Calama: recoger el agua residual de la ciudad, tratarla y bombearla hasta una zona industrial que actualmente no tiene suministro.
“Este proceso recibiría propuestas hasta el pasado 31 de mayo, pero dados los cambios políticos en Chile se amplió el plazo hasta agosto. En esta caso tampoco podemos divulgar las cifras de nuestro plan porque estamos compitiendo con otros interesados. Ya estamos precalificados y ultimamos los detalles de nuestra oferta”, dijo.
La futura puesta en operación de este complejo optimizará el uso del agua en una zona en donde es ampliamente utilizada por la industria, pero que contradictoriamente resulta ser muy escasa, por las características desérticas de la región. Asimismo, aportará en mejorar la calidad de vida de los habitantes de Antofagasta, y al desarrollo sustentable de esa región.
Desempeño en Chile
Con Aguas Antofagasta EPM tiene como objeto el establecimiento, construcción, y explotación de los servicios públicos de producción y distribución de agua potable y de recolección y disposición de aguas servidas.
Entre enero y marzo de este año la filial de EPM registró ingresos por 37.849 millones de pesos chilenos (unos $174.865 millones), y ganancias por 9.061 millones de pesos chilenos (alrededor de $41.865 millones), cifras superiores a las reportadas a marzo de 2021.
El vicepresidente de Agua y Saneamiento de EPM precisó que a través de la planta desaladora de Antofagasta, que toma agua de mar, la procesa y la inyecta al acueducto local puede atender alrededor de 130.000 familias.
“La ciudad también tiene agua de cordillera, del río Loa, la cual debe ser transportada más de 250 kilómetros, pero al ir creciendo la población fue necesario incorporar nuevas fuentes de abastecimiento”, explicó Ochoa.
No obstante, el agua de las montañas chilenas está cargada de minerales, entre ellos, niveles importantes de arsénico que son perjudiciales para la salud, por lo que debe ser tratada para eliminar ese elemento.
A pesar de la positiva experiencia de EPM en Chile y la capacidad adquirida para desalar el agua del mar y abastecer a los pobladores, la posibilidad de instalar este tipo de complejos en Colombia para el suministro de agua potable de algunas zonas como el Urabá antioqueño dependerá de que “las condiciones del entorno lo permitan”, concluyó Ochoa.
Periodista de economía de El Colombiano. Oidor de tangos. Sueño con una Hermosa sonrisa de luna.