La carta enviada este fin de semana por el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, al presidente de Ecopetrol, Felipe Bayón, aceptando la oferta hecha por la petrolera para quedarse con el 51,4 % de las acciones que esa cartera posee en ISA, es un nuevo paso en el plan del Gobierno para ajustar sus cuentas económicas.
La misiva da respuesta al interés expuesto por Ecopetrol el pasado 27 de enero en el que expresa que financiaría la transacción con una emisión de acciones, recursos propios y otros esquemas de financiación disponibles, incluida la desinversión en activos no estratégicos (ver Dicen de...).
Al precio que tiene la especie de ISA hoy de 23.640 pesos, las 569,47 millones de acciones que la Nación posee en ISA tendrían un costo de 13,4 billones de pesos, no obstante, en la carta del ministerio se lee: “el Gobierno se reserva el derecho de proponer ajustes al mismo (al precio) sujeto a los resultados de los procesos de valoración”.
Coincidiendo con la carta ministerial, se conoció también este fin de semana que la junta directiva del Grupo Energía Bogotá (GEB) autorizó la presentación de una oferta no vinculante por las acciones de ISA, pero aparentemente la decisión por la iniciativa de Ecopetrol ya está tomada y la idea es que la transacción se perfeccione en el primer semestre de este año.
Observaciones
Desde el Centro de Pensamiento de la Universidad EIA que dirige Javier Genaro Gutiérrez, quien casualmente tuvo la oportunidad de liderar a ambas empresas, se plantearon algunos interrogantes en torno a esta negociación.
“No es tan claro que solo exista la suma de beneficios que se identifica a primera vista y es necesario que se suministre información adicional y se aclaren algunos aspectos respecto a las oportunidades y riesgos que representa una transacción de semejante trascendencia para las organizaciones, sus grupos de interés y la Nación”, se lee en el documento.
El texto, en cuya redacción también participaron el rector de ese campus, Carlos Felipe Londoño y el director del Grupo de Investigación en Energías de la EIA, Andrés Jaramillo, exige que haya claridad sobre el enfoque estratégico y de negocios de las empresas involucradas.
“Si bien Ecopetrol e ISA son empresas del sector de energía, están en negocios muy diferentes; y aunque existe el interés de participar en energías renovables con las nuevas tecnologías, ninguna de las dos es experta en este negocio que es altamente competitivo con grandes jugadores con presencia en el país”, anotó el grupo de académicos.
Igualmente, se interroga sobre el gobierno corporativo y la autonomía que ha sido uno de los pilares del éxito de ISA, así como por el tratamiento que en el futuro se dará a sus accionistas minoritarios y cómo será la integración de los negocios de generación y comercialización que tiene Ecopetrol con los de transmisión que tiene ISA y sus futuros desarrollos, dadas las restricciones de participación que plantea la regulación para los agentes que quieren desempeñarse en más de una de las distintas actividades en la cadena del servicio eléctrico.
Evaluadora
Desde que Ecopetrol presentó la oferta, la calificadora de riesgo Fitch Ratings señaló que no espera que esta transacción afecte las notas de Ecopetrol, ya que seguirán igualadas con las de la República de Colombia dada su fuerte vinculación.
También mencionó que si el negocio se materializa, el enfoque para calificar a ISA cambiaría de una entidad relacionada con el gobierno a un vínculo matriz y subsidiaria con Ecopetrol.
“Fitch espera que el nuevo propietario continúe manteniendo la independencia operativa de ISA, dadas las muy limitadas sinergias operativas potenciales. ISA históricamente ha distribuido aproximadamente el 50 % de su utilidad neta como dividendos y esperamos que esto continúe”, opinó la calificadora