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El último fenómeno de El Niño en Colombia (2015-2016) golpeó muy fuerte a la economía del país, pues se llevó por delante 0,6 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB). El agro fue uno de los sectores más afectados al bajar en 20 % su rendimiento y, aunque expertos señalan que el evento que se espera para finales de año y principios de 2019 será moderado o débil, las previsiones nunca están demás.
Es allí donde toma relevancia el seguro agropecuario, un instrumento de gestión de riesgos que le permite al productor proteger su patrimonio y la inversión ante la ocurrencia de cualquier evento climático.
Aunque en Colombia utilizar esta herramienta no ha tenido mucho impacto, pues según datos del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR), a 2016, se aseguraron 177.906 hectáreas, apenas el 0,8 % de las 22 millones con vocación agrícola que existen en el país.
Por tal motivo, la entidad decidió priorizar este instrumento destinando cerca de 80.000 millones de pesos para el incentivo al seguro agropecuario y subsidiar hasta en 80 % el valor de la prima de esta herramienta, en el caso de los pequeños agricultores.
“También venimos trabajando en el desarrollo de unas mesas agroclimáticas regionales en compañía de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), en las cuales generamos recomendaciones para que los productores puedan tomar medidas para reducir el impacto del evento climático en sus actividades productivas”, detalló el ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Andrés Valencia, a EL COLOMBIANO.
Según cifras de la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda), en el primer semestre de este año se vendieron 21.827 millones de pesos en primas de seguro agropecuario, 30 % menos que en igual periodo de 2017, cuando se comercializaron 31.027 millones de pesos.
En ese sentido, el profesor de Economía y director de la maestría en Administración de la Universidad del Rosario, Alejandro Useche, señaló que hay dos factores que explican el porqué de esta caída: “El primero es que somos una nación que no cuenta con cultura de aseguramiento, la mayoría de las personas sólo toman aquellos seguros que son obligatorios. Y el segundo elemento es la falta de información que impacta, en gran medida, a los medianos y pequeños productores por encontrarse fuera de la ciudad”.
Sumado a eso, Useche mencionó que los programas del Gobierno han sido muy criticados por falta de cobertura y por costos. “En los últimos cuatro años Finagro (Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario) giró unos 150 mil millones de pesos en subsidios de primas, pero no se ha cubierto ni el 3 % de hectáreas con vocación agrícola que hay en el país”, mencionó (ver Paréntesis).
El seguro agropecuario, ofrecido por empresas como Mapfre, Sura o Liberty Colombia, no es el único instrumento que tienen los productores para resguardar su cosecha en el mercado financiero también existen créditos o líneas especiales.
Así aparecen en escena entidades como el Banco Agrario y Finagro. En el caso de la institución bancaria, que ha prestado al sector agropecuario 4,5 billones de pesos entre enero y octubre de este año, maneja tasas de interés efectiva anual que van desde el 7 % al 8 %, dependiendo del tipo de productor.
“También financiamos reservorios, así como bancos de proteínas para tener mayor cantidad de alimentos en épocas de sequía”, detalló el presidente del Banco Agrario, Francisco José Mejía.
Por su parte, el presidente de Finagro, Dairo Estrada, indicó que el fondo que dirige tiene proyectado lanzar instrumentos que mitiguen los riesgos que fenómenos climáticos, como El Niño, pueden generarle al agro colombiano. “Estamos trabajando una estrategia con el MADR para desembolsar unos recursos para el sector”, adelantó el funcionario.
Estrada también señaló que en conjunto con MADR y el Ministerio de Hacienda y Crédito Público tienen planeado cambiar la norma que regula el seguro agropecuario. “La idea es que las compañías de aseguramiento le den mayor peso a las pólizas catastróficas y paramétricas, que se ajusten más a las necesidades de los pequeños productores para resguardarse ante riesgos de sequía, de inundaciones, de caídas en los ingresos”, detalló.
Otro instrumento que los productores pueden encontrar en el mercado son los Certificados de Depósito de Mercancías (CDM), conocidos como repos y ofrecidos por la Bolsa Mercantil a los proveedores. “Estas operaciones de financiamiento no bancario son una buena opción de liquidez para los agricultores, que tanto la necesitan en estos momentos en el que el clima no está de su parte”, acotó el presidente de la Bolsa Mercantil de Colombia, Rafael Mejía López.
Estas no son las únicas instituciones nacionales que están concentrando esfuerzos para evitar que El Niño cause fuertes estragos en el país y es comprensible luego de que los efectos del evento climático de 2015-2016 presionaran al alza los precios de los alimentos, que terminaron con incrementos de alrededor de 12 %.
Por ello, el Ministerio de Ambiente presentó un Conpes con el cual se espera preparar al país ante las consecuencias de la sequía disponiendo de varias estrategias y recursos por 55.256 millones de pesos (ver Radiografía y gráfico).
“Con el Conpes se prepara el país para atender un eventual fenómeno de variabilidad climática a través de estrategias de coordinación que permitan reducir sus afectaciones”, explicó Ricardo Lozano, ministro de Ambiente .
Periodista de Economía y Negocios. Nací en Caracas, Venezuela, pero por mis venas corre sangre colombiana. Amante de la lectura y de los animales, en especial de los gatos.