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Precariedad laboral afecta a jóvenes de estratos bajos

La informalidad de esta población

es superior en 26 puntos porcentuales a la de aquellos de estratos 4, 5 y 6, según estudio de la ONG Cuso International.

  • Según el estudio, la población joven del país está altamente afectada por fenómenos de desajuste del mercado laboral. FOTO jaime pérez
    Según el estudio, la población joven del país está altamente afectada por fenómenos de desajuste del mercado laboral. FOTO jaime pérez
Precariedad laboral afecta a jóvenes de estratos bajos
12 de abril de 2021
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La crisis económica derivada de la covid-19 ha impactado de manera desproporcional la precariedad laboral de los jóvenes en Colombia: la tasa de desempleo de la juventud, de 2019 a 2020, aumentó casi 8 puntos porcentuales, situándose en el 25,9 %. Es decir, 1 de cada 4 jóvenes económicamente activos se encuentra desempleado, así lo dio a conocer un informe realizado por la ONG Cuso International, con el apoyo del Gobierno de Canadá.

Dentro de este panorama, según el informe, cuyos investigadores fueron Adriana Rodríguez (investigadora principal) y Juan Corredor (investigador junior), la juventud de estratos 1 y 2 es la que se ha visto más afectada: el 86,4 % de los jóvenes pobres tiene vinculaciones laborales que enfrentan algún grado de precariedad. Asimismo, su tasa de desempleo es del 24,6 %, frente al 17,6 % de la población general y al 19,1 % de la de jóvenes de estratos 4, 5 y 6.

Con base en los datos de la Gran Encuesta Integrada (GEIH) del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), el estudio analizó la situación laboral de la juventud urbana en Colombia, con énfasis en los 7’120.000 de personas jóvenes urbanas de estratos bajos.

A partir de este análisis, la ONG de desarrollo también advirtió que las mujeres jóvenes han sido las más perjudicadas durante la crisis económica provocada por la pandemia de covid-19: en 2020 el 34 % de ellas estaba desempleada, mientras que un año antes ese porcentaje era menor en 11 puntos porcentuales (23 %).

“El desempleo de los jóvenes en Colombia es bastante preocupante. Si bien la pandemia ha incidido mucho en estas cifras, es una situación que ya venía en aumento”, señaló Alejandro Matos, director de la organización no gubernamental Cuso International.

Factores que más inciden

Según el estudio, la población joven del país está altamente afectada por los fenómenos de desajuste del mercado laboral, tales como el desempleo, el subempleo y la informalidad.

En el caso del desempleo, no solo se observaron brechas considerables entre el total de la población urbana (17,6 %) y el total de jóvenes (26,4 %), sino también entre la juventud según estrato (19,1 % para los estratos 4, 5 y 6 y 26,4 % para los de estrato 1). Pero la mayor brecha se observó por sexo, en tanto la tasa de desempleo de las mujeres jóvenes de estrato bajo-bajo duplica a la de los hombres jóvenes de ese mismo estrato (36,9 % frente a 18,5 %).

El estudio también mostró una preocupante relación entre el bajo nivel de educación y el alto nivel de informalidad: el 76 % de los jóvenes que solo alcanzaron un grado de primaria trabaja en la informalidad, mientras que este fenómeno afecta al 38 % de los que han alcanzado algún grado de educación superior.

Asimismo, los menores de edad (14 a 17 años), la juventud con baja escolaridad, que se emplea por primera vez y que está ubicada en ciudades pequeñas, tiene el riesgo más alto de precariedad laboral.

En cuanto a la remuneración, mientras en 2017 el 35,5 % de las personas jóvenes asalariadas ganaban menos de un salario mínimo, este indicador se ha subido hasta el 44,4 % a 2020. Lo mismo sucedió con las personas jóvenes independientes: en 2017 el 67,5 % ganaba menos de un salario mínimo, mientras que este indicador se ha incrementado hasta el 77,5 % a 2020.

Para Maribel Castillo, directora del Programa de Economía de la Universidad Javeriana de Cali, adicional a las condiciones precarias de un mercado laboral marcadamente informal en los jóvenes, está el fenómeno de los “ninis” (ni estudian, ni trabajan): “Esto es todavía más alto en el caso de las mujeres. Y con la pandemia y la estrechez de la oferta laboral, este problema es mayor porque las tasas de desempleo juvenil tan altas generan bajas expectativas laborales en los jóvenes”, expresó.

Informalidad laboral

Los jóvenes del estrato más bajo están altamente afectados por la informalidad laboral (66 de cada 100 personas ocupadas en 2020). Según el informe, en 2017, antes de la pandemia, no se observaban diferencias importantes por sexo, pero sí por estratos. Y, en efecto, la tasa del estrato bajo duplicaba la de los estratos altos, situación que cambió en 2020, específicamente para el caso de los hombres, donde se destacó un crecimiento de la informalidad más acentuado en los hombres jóvenes de los estratos 3, 4, 5 y 6. Para el caso de los jóvenes de estratos 4, 5 y 6, la informalidad subió casi 15 puntos porcentuales.

¿Cómo está Medellín?

En cuanto a la ciudad de residencia, el estudio arrojó mejores resultados cuando los jóvenes pobres residen en ciudades grandes, donde la posibilidad de lograr vinculaciones no precarias se multiplica por 1,5 veces.

También se encontraron diferencias significativas de acuerdo con la clasificación de ciudades según la edad de sus habitantes. En este caso, estar ubicado en ciudades “mayores” -como Bogotá, Medellín, Manizales, Pereira, Bucaramanga y Tunja-, caracterizadas por una menor presencia relativa de jóvenes, multiplica por 2,4 las posibilidades de un trabajo no precario, mientras que residir en ciudades denominadas “adolescentes” -como Sincelejo, Florencia, Montería, Valledupar y Santa Marta- o “embrionarias” -como Riohacha y Quibdó-, caracterizadas por una mayor proporción de población joven, se asocia con una mayor precariedad laboral.

En cuanto a Medellín, para el economista y docente de la Universidad de Antioquia, Ramón Javier Mesa Callejas, la situación del empleo joven es compleja, igual que en el resto del país, ya que los niveles de ocupación se vienen reduciendo por los efectos negativos de la pandemia: “El problema se traduce en la alta tasa de desocupación cuyo nivel supera el 26 % para la ciudad, lo cual se agudiza ante la actual situación de emergencia sanitaria y económica que impide el acceso de esta población a empleos estables y permanentes”, dijo.

Para Mesa Callejas, las mayores dificultades que enfrenta la población joven de la ciudad se traducen en la falta de ingresos para atender las necesidades básicas, el acceso a la educación y la salud y la falta de oportunidades laborales de acuerdo a sus formaciones.

Las recomendaciones

Para enfrentar los retos que impuso la pandemia en cuanto al desempleo, el subempleo y la informalidad en la población joven, el informe de la ONG Cuso International recomendó reforzar políticas públicas focalizadas en los sectores y grupos más vulnerables, como una mayor protección y regulación a los menores de edad que se vinculan laboralmente; mejorar la difusión de los derechos laborales y su aplicación, así como la medición de la precariedad laboral para construir políticas más eficaces, y tomar acciones diferenciadas para favorecer la vinculación laboral y la erradicación del trabajo precario en ciudades pequeñas y de alta proporción de población joven.

De acuerdo con esto, Castillo afirmó que es importante construir una reforma laboral que incluya a las y los jóvenes y otras poblaciones que vienen arrastrando, incluso antes de la pandemia, indicadores laborales preocupantes: “Hay que tener en cuenta acciones de mediano plazo como formación para el empleo y conexión con el mercado laboral desde ese momento. También acceso a las universidades con apoyo para los jóvenes de bajos recursos, en un modelo de educación y apoyo para emplearse”, apuntó.

Por su parte, para Mesa Callejas, uno de los retos en este momento es comprender que cualquier política pública debe atender esta población de forma integral y transversal, entendiendo que las y los jóvenes están insertos en todos los sectores sociales y económicos del país.

“Para disminuir las cifras de desempleo se debe pasar por políticas de contención que frene la presión de esta población sobre el mercado laboral mediante acciones que privilegien la formación, educación y preparación para la vida profesional. Igualmente, se debe impulsar beneficios para los empresarios que permitan fomentar el empleo juvenil y promover emprendimientos que fomenten la creatividad empresarial de los jóvenes”, expresó Mesa Callejas y añadió que para desarrollar las medidas anteriores es clave la participación de las universidades, dado que allí es donde se concentra la gran cantidad de jóvenes.

Finalmente, los datos analizados en el informe de Cuso International reflejaron que la precariedad laboral produce afectaciones en los ámbitos personal, familiar y comunitario, los cuales se han agravado con la pandemia. Por ello, esta problemática, según la ONG, reclama la implementación de programas y políticas, tanto a nivel nacional como territorial, que reduzcan y desincentiven el trabajo precario

35,5 %
de los jóvenes ocupados reportó una reducción de su actividad económica por la pandemia.
Infográfico

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