La nueva planta de la Refinería de Cartagena (Reficar) avanza en su operación en medio de un vendaval de polémicas. Tras su primera exportación de 51.000 toneladas de coque (subproducto de la industria petrolera), en la Comisión Quinta del Senado se denunció que la empresa violó su licencia ambiental para transportar este producto y se une a la lista de obstáculos que sortea el complejo industrial más grande del país.
Esto se suma a los ya sonados enfrentamientos legales contra la empresa CB&, contratista principal del nuevo complejo, y a la que Reficar instauró una demanda por 2.000 millones de dólares, aunque la Contraloría General de la República habla de sobrecostos por 4.000 millones de dólares.
Mientras esto ocurre, el presidente de la filial de Ecopetrol, Reyes Reinoso Yáñez, aseguró a EL COLOMBIANO que las operaciones van por buen camino y “ya estamos en un 95 % de la puesta en marcha y esperamos al finalizar 2016 que Reficar tenga sus 34 unidades en funcionamiento”.
Frente a los mayores costos de la megaobra, el directivo señaló que está claro que “el proyecto costó más, pero no creemos que esa cifra aumente hasta 4 mil millones de dólares como se ha dicho”.
Agregó que, en los tres años y medio que lleva en Reficar nunca ha visto actos de corrupción, pero reconocío que había grandes problemas de avance en las obras y que las primeras estimaciones sobre el costo total no eran acordes a la realidad.
Con la reclamación en curso, todo parece indicar que el pleito llegará hasta un tribunal de arbitramento, es decir, un juego largo. Entre tanto, datos de la Contraloría apuntan que la rentabilidad que generará la refinería al país, sobre su costo, sería del 4,35% mucho menos del 14 % que esperaba Ecopetrol inicialmente, hace una década.
Aún conociendo todo esto, Reyes cree que hay que mirar hacia adelante. “Antes de Reficar, el país importaba 50 mil barriles diarios de diésel, con la refinería funcionando vamos a dejar de traer ese combustible, porque lo vamos a hacer acá y de la mejor calidad”. No obstante, reconoce que, ante la creciente demanda y una estática producción, en cuatro o cinco años tendríamos que volver importar.
En ese sentido, el aplazamiento indefinido de la modernización de la refinería de Barrancabermeja jugaría un papel clave, pues al no hacerla, la demanda puede superar los niveles de producción .