Santa Fe y el Deportivo Independiente Medellín (DIM) tratarán de redondear el primer semestre de 2025 cuando disputen la gran final de la Liga Betplay; solo uno podrá bordar la estrella del campeón en su escudo.
Esta llave, que inicia este martes, con partidos de ida y vuelta, tendrá como protagonistas a dos escuadras con un valor de mercado conjunto de US$30,7 millones y será el momento para que sus nóminas justifiquen la inversión realizada en ellas.
Pero también se disputarán un jugoso premio económico de US$4,2 millones. De manera desagregada, la cifra incluye US$500.000 transferidos por la Conmebol, hay US$250.000 que otorgará la Dimayor y otro giro de US$3,5 millones por participar en la fase de grupos de la Copa Libertadores.
Si a esto se le suma el ingreso por taquillas, que en promedio es de US$2,5 millones, el ganador se llevará unos US$6,75 millones en total. Son ingresos extraordinarios que servirán para aumentar el margen entre los costos operativos y la potencial utilidad que obtendrán en 2025.
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No solo los hinchas se juegan el orgullo, las grandes marcas que ofician como patrocinadoras también entran al campo y, desde luego, querrán aparecer en la foto histórica; esa en la que los triunfadores alzan la copa en medio de una lluvia de serpentinas coloridas.
Colanta es la única que se montará en el bus ganador sin importar el resultado, pues es sponsor de ambos clubes; pero en la parte frontal de la remera hay dos casas de apuestas: en la de Santa Fe está Betplay, y en la de Medellín, Wplay.
Casualmente, ambas tienen la mayor cuota de mercado en su renglón, con participaciones de 51,4% y 14,5%, respectivamente ¿quién celebrará?
Si bien los dos finalistas no tienen la distinción de ser los más veces campeones de Colombia, sí poseen pergaminos para estar en el selecto club de los más grandes, toda vez que los acreditan sus largos años de trayectoria y su palmarés.
Por ejemplo, Santa Fe fue el primer campeón del balompié nacional (1948) y su vitrina incluye una Copa Sudamericana (2015), que además levantó cuando el formato daba espacio a equipos campeones de sus respectivas ligas en todo el sur de América, para entonces, el certamen se disputaba en el segundo semestre de cada año, se le conocía como “la otra mitad de la gloria” y era tan prominente que complementaba el prestigio de una Libertadores.
A juicio de muchos fanáticos de otros clubes, ese título continental pone al Expreso Rojo por encima de equipos que, quizás, tienen más campeonatos domésticos, pero carecen de un logro internacional.
En la otra esquina está el Poderoso de la Montaña, una institución con 112 años, seis títulos locales y dueño de una hinchada fiel que soportó una sequía de 45 años sin conocer el gozo de un campeonato. La lealtad de sus seguidores está inmortalizada en esa vieja canción interpretada por Gabriel Romero y su orquesta: “No necesito que estés arriba para quererte, glorioso DIM / El consentido de la afición / Es el poderoso DIM (...)”. Quedó como el grito de batalla del llamado Equipo del Pueblo.
Es ese amor de los hinchas es el que se traduce en pesos, las mayores fuentes de ingresos guardan relación directa con la cantidad de seguidores, entre esas, están las taquillas, la venta de indumentaria y todo el movimiento de anuncios comerciales durante cada partido.
Semillero para el mañana
A cierre de 2024, el DIM tuvo ingresos por $79.111 millones, una cifra que se traduce en un crecimiento de 6% frente al ejercicio de 2023. El trabajo para cultivar nuevos seguidores no es fácil, especialmente porque comparte ciudad con Atlético Nacional, un club con una historia rica en títulos y leyendas.
Federico Spada, gerente deportivo del rojo paisa resaltó que parte del trabajo consiste en ir a los barrios populares y compartir los valores deportivos del club con los más jóvenes. “Lo que queremos es que los próximos niños, los hijos de los aficionados, los jóvenes que van al colegio sean hinchas de Medellín”, comentó.
Este semestre, consiguieron cerca de 30.000 abonados y los jugadores retribuyeron el apoyo con juego dinámico. Spada hizo notar que en los más recientes cuadrangulares enfrentaron a rivales como América y Junior, con un mayor músculo financiero, no obstante, la gestión administrativa le dio al DIM una destacada relación costo-competitividad.
“Nosotros nos enfrentamos a dos equipos, en el grupo A, que tenían casi el doble del presupuesto nuestro y nosotros creemos que el proyecto a seguir es el que estamos desarrollando. Desde 2022 hemos intentado bajar el promedio de edad de la nómina y subir jugadores de la cantera”, detalló Spada.
Avanza la reorganización
Construir un grupo talentoso, capaz de convocar público y pelear la estrella, es una tarea compleja, casi siempre limitada por el poder adquisitivo con el que cuentan los clubes. Santa Fe, que está en proceso de reorganización, facturó $61.713 millones en 2024 y por su condición, debe tener aún más cautela con cada paso que da; no puede darse licencia de escatimar en la calidad de los jugadores, pero tampoco puede presionar la caja con futbolistas de valores exorbitantes.
Según Transfermarket, el Cardenal tiene el séptimo valor de mercado más alto del país (US$11,2 millones) y aun así le ganó el cupo a la final a dos equipos que lo superan: Atlético Nacional (US$30,6 millones) y Millonarios (US$22 millones).
Eduardo Méndez, presidente de Santa Fe, indicó que el resultado es producto “de la organización, que es lo más importante dentro de las labores que se han venido realizando, a sabiendas de las dificultades que tenemos”.
“Ante todo, está la responsabilidad en todas las determinaciones que se han tomado y que se seguirán tomando, vamos recorriendo una parte del camino largo para tener una institución financieramente sana y tranquila”, añadió.
Tal como lo señaló, son varios los retos que ha enfrentado la escuadra estos años: “Ha sido un conjunto de todo, dificultades financieras, adaptaciones deportivas y la relación entre hinchas, directivos y jugadores; a todos hay que buscarles solución y los hemos trabajado para mejorar”.
Frente al proceso de reorganización que se lleva a cabo con miras a honrar deudas sin llegar al escenario de la liquidación, aseguró que “estamos cumpliendo con lo que la ley nos ordena, estamos bajo la Ley 1116, tenemos un juez que nos controla, un Ministerio del Deporte que nos vigila y por lo tanto, lo más importante es que estamos cumpliendo a cabalidad con todos nuestros compromisos. Vamos cumpliendo con las etapas que determina la Ley, hemos cumplido con los organismos estatales, les hemos cumplido a los organismos de salud y estamos en este momento con el grupo crediticio, que corresponde a bancos, después tendremos un plazo de ocho años para solucionar todas esas deudas quirografarias”.
Solo un ganador
Los hinchas estarán ante dos instituciones que consolidaron los proyectos más sólidos y aunque ambos tienen el anhelo de ver a su equipo en la cima, solo uno podrá alzar el trofeo.
Ambos rivales han perdido sus últimas tres finales de manera consecutiva: el DIM cayó en las ligas 2018-II, 2022-II y 2023-II, mientras que Santa Fe lo hizo en 2017-II, 2020 (solo se disputo una Liga, ya que fue el año más duro de la pandemia) y 2024-1.
Infortunadamente, uno de los dos contendientes llegará a su cuarta tristeza en línea, pero la resaca no solo será deportiva, también será monetaria, pues hay US$4,2 millones para el futuro campeón.
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