La posesión de Jair Bolsonaro como nuevo presidente de Brasil, con toda su parafernalia militar, sus risitas amenazantes y sus frases machistas y xenófobas, se vio desde Colombia como una oportunidad para exacerbar posiciones políticas internas. Como un espejo en el que cada quien distorsionó la imagen del contrario a su acomodo y como un juguete ideal para ahondar en la división nacional.
Es atemorizante ver cómo el uribismo se plegó sin amagues al discurso de odio. Desde su cuenta de twitter el senador y expresidente Álvaro Uribe aseguró que Bolsonaro representa la oportunidad de un “avance muy positivo en Brasil” para “contrastar” los mandatos de Cuba, Venezuela y “la peligrosa insipidez doctrinaria de la marrulla de Juan Manuel Santos”. La...