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El panorama no es fácil para el Gobierno de ahora en adelante: no parece haber mucho más de dónde sacar plata.
Por David González Escobar - davidgonzalezescobar@gmail.com
Hace unas semanas, el Ministerio de Hacienda radicó el proyecto de presupuesto para 2025, por un monto equivalente a 523 billones de pesos. Para financiarlo faltan 12 billones de pesos, que se esperan cubrir mediante una nueva reforma tributaria. 523.000.000.000.000 pesos.
¿Cómo digerir esa cifra? Coincidentemente, el DANE estima que en 2024 seremos alrededor de 52 millones de colombianos, lo que nos da un número redondo: el presupuesto del Gobierno Nacional para el próximo año será de 10 millones de pesos por cada colombiano. ¿De dónde provienen esos 10 millones de pesos por persona? Y, más importante, ¿en qué se van a gastar?
Gracias a una presentación del ministro Bonilla sobre la desagregación de las fuentes y usos de este presupuesto histórico, podemos aterrizar estos números. De cada 10 millones, algo más de 7 provendrían de impuestos, parafiscales y similares. Cerca de 2 millones corresponden al impuesto de renta a personas y empresas, la mayor fuente de financiación.
A pesar de contar con una de las tarifas corporativas más altas del mundo y de haber incrementado significativamente la tasa de tributación para asalariados que ganan más de 10 millones de pesos en la última reforma tributaria, este impuesto representa apenas 3 de cada 10 pesos del presupuesto. Luego, poco más de 2 millones provienen del IVA, una tarifa que parece intocable. Entre el resto de los impuestos, es notable el aporte de 300 mil pesos del 4x1000, un tributo “temporal” que, a pesar de ser tan odiado y antitécnico, se ha vuelto perpetuo.
Para cerrar lo que no se recauda con impuestos y otros ingresos corrientes, cerca de 2 millones de pesos provendrán de mayor endeudamiento, lo que, junto con un creciente déficit fiscal, amenaza con seguir aumentando. Los dividendos de Ecopetrol y otros excedentes de empresas estatales sumarán unos 400 mil pesos, aunque tienden a disminuir a corto plazo debido a la caída en las utilidades de la compañía.
El panorama no es fácil para el gobierno de ahora en adelante: no parece haber mucho más de dónde sacar plata. Ahora, ¿en qué se destinará todo este dinero? Más de 2 millones de pesos se irán al servicio de la deuda del Estado, prácticamente lo que se recauda en IVA. Del 80% restante, aproximadamente un millón y medio se destinará al Sistema General de Participaciones: menos de 2 de cada 10 pesos se repartirán entre municipios, departamentos y otras entidades territoriales, que dependen casi totalmente de estos recursos.
Otros 3 millones de pesos se destinarán a transferencias, entre las que se incluyen 800 mil pesos para salud y 1,2 millones para pensiones, muchas veces subsidiando pensiones altas, mientras que solo el 25% de los colombianos se pensiona. Aunque la reforma tributaria podría aliviar esta situación a corto plazo, la presión se agravará en menos de dos décadas.
Un poco más de un millón se destinará a gastos de personal, con la policía y las fuerzas militares llevándose casi la mitad, mientras que la rama judicial, la fiscalía y el ejecutivo consumen 600 mil pesos anuales por cada colombiano.
Finalmente, en la última línea, queda el dinero para inversión: 250 mil pesos por colombiano se destinarán a transporte, 150 mil a inclusión social, 190 mil a Igualdad, otros 150 mil a educación y el resto se distribuirá en otros sectores, decrépitos en el fondo del barril. Para recordar hacia dónde va realmente ese dinero la próxima vez que toque pagarle a la DIAN. .