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La semana pasada el presidente Petro recibió de parte de Riad Malki, asesor para asuntos internacionales de la Autoridad Palestina, un reconocimiento por su posición frente a Israel, por todos bien conocida.
Al recibirlo, el presidente pronunció un discurso que, por lo menos, lo deja a uno boquiabierto. Recomiendo escucharlo para que cada quien se forme su opinión.
La mía es que es un discurso doloroso e irrespetuoso con las comunidades judías y con el estado de Israel. Pero dado lo que ha dicho el presidente con respecto a estos temas, no es de sorprenderse.
Muchas cosas del discurso son llamativas. El presidente habla de la Segunda Guerra Mundial como si fuera solo eso, un conflicto entre países hace ya varios años. Ni una mención del Holocausto, ni de los 6 millones de judíos que fueron asesinados de manera genocida. Aunque si menciona de pasada la industria de muerte llamada campos de concentración.
Luego hace una comparación terriblemente dolorosa e injusta con lo que sucede hoy entre Israel y Gaza. Nuevamente saca a relucir al nazismo. Esto dijo: “Yo creo que en Gaza se está experimentando. Es un experimento pavoroso que tiene que ver con los Nazis, los Nazis lo practicaron en pequeño, relativamente. Trataron de exterminar al pueblo judío, al pueblo soviético, al pueblo democrático. Eso que aprendió Hitler es lo que se está aplicando en Gaza como un experimento para la humanidad”.
Hay más. Según el presidente, el nazismo también se está tomando a Estados Unidos y Europa: “Los Nazis están en el poder, a través del capital financiero logran conducir el gobierno de los Estados Unidos, así sea autodenominadamente (sic) demócrata, con corrientes progresistas. Pero este progresismo no logra cambiar la voluntad del estado”. Y lanza esta frase también: “La misma Europa se entrega a los Nazis”. El presidente va tan lejos como para decir que el denomina lo que hoy está pasando como otro 1933, haciendo referencia al año en que Hitler subió al poder en Alemania.
Moldear los hechos históricos a su conveniencia es algo que los políticos han hecho siempre. Pero comparar, otra vez, al estado de Israel con los Nazis es lamentable.
Pero es más grave y doloroso lo relativo al Holocausto. Un episodio donde efectivamente se cometió un acto genocida, que no tiene comparación con la legítima defensa del estado de Israel ante un ataque despiadado por parte de Hamas. Críticas a la forma como Israel está llevando a cabo esta defensa, caben todas. Críticas al gobierno israelí, también. Pero no esto. Relativizar el período más oscuro de la historia de la humanidad sigue siendo una ofensa lamentable.
Termino con lo que dijo el señor Malki sobre el pueblo palestino. Dice que “aun confía en la ley, la civilidad, en la justicia”. El pueblo israelí también. Bien podría comenzar la Autoridad Palestina por pedirle al grupo terrorista de Hamas que deje de secuestrar, torturar y violar a ancianos y ancianas, a niños y niñas, a hombres y mujeres israelíes, y a tolerar la libertad y la civilidad de su propio pueblo, que durante años ha sufrido bajo el gobierno dictatorial de Hamas.
