Celebramos hoy con todos los creyentes, el bautismo de Jesús. Así concluimos el ciclo de Adviento y Navidad, para retomar nuestra vida y celebración al comienzo del año, con el tiempo ordinario.
Esta fiesta nos permite con la gracia especial y la unción que confiere el sacramento del Bautismo, iniciar la vida este año nuevo con las mejores condiciones, que como siempre, nos vienen de Dios en Jesús su Hijo. Su bautismo, con el que nos comunicó la gracia de ser igualmente “ungidos” como hijos de Dios, nos hace partícipes del misterio de Salvación y nos confiere plenamente la máxima condición de dignidad como seres humanos.
Al celebrar el Bautismo de Jesús, quiero invitarlos a considerar una expresión, significativa y relevante, de nuestro propio...