Es increíble que todavía frente a la peor sequía de la historia de Colombia el país siga tratando esta triste circunstancia como si fuera la visita del príncipe Carlos, que llega, se atiende, se toma la foto y se va. Este Niño vino para quedarse. Es decir, vino a mostrarnos que somos un país sin agua. La función del clima es suministrar la capacidad de desarrollo de los pueblos.
El impacto de El Niño 2015-2016 era lo que se esperaba. No debe sorprender a nadie. Hace más de un año dijimos en esta columna que sus efectos serían como los de dos “Niños”, es decir, “gemelos”, debido a su efecto acumulativo por el déficit de los últimos tres años.
Nadie creyó, las elecciones populares no lo permitieron. Como si contar la realidad en los departamentos...