El año que apenas despunta será uno de definiciones para Europa. Su propuesta unificadora, democrática, liberal, que sufrió un golpe contundente e inesperado con el Brexit, tendrá que enfrentar un periodo de inmensos retos políticos en el que el populismo acechará como la mayor de las amenazas.
Puede ser un periodo de recuperación de la confianza en la Unión, de aprendizaje de los errores bajo los cuales ha despuntado un nacionalismo oportunista y de procurar mejoras en el establecimiento de los acuerdos multilaterales. Puede ser también, para terror de los europeístas, un camino de desintegración y de triunfo del miedo, de fortificación de fronteras y de acusaciones temerarias. De definir al “otro” como la raíz de los problemas.
Los ciudadanos...