Nunca le había prestado mucha atención más allá de pensar en la carga simbólica del afortunado hecho que quedó registrado para siempre. Pero hace poco, a raíz de las nuevas tensiones raciales en Estados Unidos la volví a ver y me quedé pensado en quién sería ese hombre blanco allí, con cara de ausente y si estaría consciente de lo que sucedía. Me refiero a la foto del podio de la final de los 200 metros planos de los Juegos Olímpicos de Ciudad de México en 1968. Dos afroamericanos que obtuvieron las medallas de oro y broce levantan cada uno un brazo, extendido, con el puño cerrado y enguantado en negro. Tienen sus cabezas gachas. Es símbolo de protesta y rebelión contra la opresión de la comunidad negra en su país. Hacen referencia a las Panteras...