Por Osama Abo El Ezz
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La semana pasada, aviones sirios o rusos bombardearon el hospital Al Quds, en la parte oriental de la ciudad dividida de Alepo. Al menos 50 personas murieron, 80 fueron heridas.
Entre aquellos muertos en el ataque estuvo mi gran amigo y colega, el Dr. Muhammad Wassin Mo’az, un hombre amable que cuidaba de sus pacientes y su comunidad. Él dormía en el hospital en caso de que hubiera una emergencia y tuviera que apurarse para atender a bebés y niños. Era el último pediatra en Alepo.
Otro amigo, el Dr. Mohammed Ahmad, también fue asesinado en los ataques aéreos. Hacía trabajo voluntario con niños, les enseñaba cómo prevenir enfermedades dentales durante tiempos de guerra. Era uno de los diez dentistas...