Muchas personas creen que el derecho penal es la solución: creen que es verdad, justicia y reparación, todo en uno. Además cuentan que tiene poderes restaurativos.
Llevo buena parte de mi vida profesional persiguiendo el derecho penal y, de eso que hablan, no hay. Esa poción mágica que repara, sanciona y apacigua no existe, sino en peligrosas idealizaciones que presentan el derecho penal como cura. El derecho penal es, ante todo, violencia reglada; y del castigo no sale mucho más que resentimiento.
Me encantaría concluir la búsqueda de la responsabilidad escribiendo que el derecho penal tiene las respuestas; que lo único que tenemos que hacer es someter a todos los perpetradores a juicio, condenarlos y encerrarlos. Sin embargo, quedarían...