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Colombia se prepara para una nueva elección presidencial. Faltan menos de doce meses para que el país decida quién dirigirá los destinos de la nación y quiénes ocuparán las curules del Congreso. Mientras los titulares anuncian nuevos candidatos y el actual gobierno acumula escándalos e incertidumbre, en la conversación cotidiana solemos pasar por alto una pregunta fundamental: ¿qué tipo de líderes necesita Colombia?
Empecemos de afuera hacia adentro: ¿Requerimos gobernantes mayores o jóvenes? ¿Es preferible que provengan del sector público o que hayan forjado su carácter en otros campos? ¿Deben ser administradores rigurosos o líderes con visión? ¿Constructores de consensos o figuras firmes, capaces de imponer una agenda con claridad?
En un artículo titulado Las habilidades que los líderes necesitan, la revista The Economist se pregunta si es más importante la competencia o el carisma. Tras analizar ambos atributos, concluye que la competencia resulta más valiosa en la tarea de gobernar. Yo agregaría que todo depende del momento que atraviesa una sociedad: hay épocas que exigen inspiración, y otras que piden solvencia técnica. ¿Cuál de estas cualidades necesita Colombia hoy?
En el plano interior, el de las virtudes personales, también debemos preguntarnos: ¿preferimos líderes con convicciones firmes o más bien moderados, capaces de tejer consensos? ¿Queremos prudencia o fortaleza? ¿Realismo o visión?
En lo político: ¿Cuáles deben ser las prioridades de estos gobernantes? ¿La seguridad, la economía y el empleo, las relaciones exteriores, la política social, la infraestructura, etc.? Si bien todos son sectores esenciales para el desarrollo nacional, el tiempo es limitado. ¿Dónde deben poner su foco y energía? ¿A qué otros gobernantes de la región queremos que se parezcan nuestros siguientes gobernantes? ¿Buscamos la claridad técnica del presidente argentino Milei? ¿La firmeza del presidente Bukele? ¿El espíritu democrático del presidente chileno Boric? ¿La concentración en la economía del presidente Trump?
Mis preferencias: Creo en líderes virtuosos, sin importar su edad. Disciplina, fortaleza, justicia y prudencia deben ser cualidades presentes en quien asuma la responsabilidad de gobernar. Creo también en la importancia de una visión clara, construida sobre prioridades reales y urgencias sociales como la inseguridad. Defiendo a quienes dialogan sin claudicar, que saben escuchar sin dejar de sostener sus principios. Y, sobre todo, creo en aquellos que devuelven confianza y dignidad al ejercicio de la política con su ejemplo y ética.
Creo que así se construye confianza en la democracia y en las instituciones que sostienen a Colombia. Y ustedes, ¿qué clase de líderes creen que merece Colombia?
