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El tiro de gracia al actual sistema de salud tiene su origen en causas estructurales complejas que datan de hace más de 10 años. Un sistema modelo Ferrari con ingresos de Renault 4. Este tiro de gracia fue refrendado en las elecciones del 2022.
Por juan carlos manrique - jcmanriq@gmail.com
En los albores de la campaña presidencial del 2022, tuve la oportunidad de leer los diferentes programas de gobierno. Entendí entonces con mucha preocupación, que no sería una campaña más y que debía participar en ella a fondo. Conté con la fortuna de hacer parte de la campaña de Fico y Lara. Una campaña muy compleja, como todas, donde nos desvelamos por posicionar una visión: Defender la democracia y las libertades. Defender la unidad nacional. Y desde las regiones, defender y profundizar la constitución del 91.
Veníamos de una pesadilla sin fin llamada pandemia. Durante el siglo XXI, se habían logrado avances muy importantes en muchos frentes, pero no eran suficientes. El eco opaco de la desigualdad y la corrupción, gritaba, con el nivel más alto de decibeles, la urgencia de un cambio.
Terminamos la primera vuelta con unos resultados electorales llenos de reflexiones. Petro logró 8.5 millones, Hernández 5.9 millones y Fico 5 millones de votos. Nada que hacer. Para la segunda vuelta, Petro obtuvo 11.2 millones y Hernández 10.5 millones. La democracia liberal, que no le gusta a Petro, pues se autodefine como un demócrata republicano, se había pronunciado.
¿Y cuál era una de mis preocupaciones con los programas de gobierno? Todo lo que está sucediendo en materia de salud, quedó registrado en el numeral 3.8 del programa “Colombia, potencia mundial de la vida”. El programa de gobierno que ganó las elecciones dice muy claro: “En nuestro gobierno garantizaremos el derecho fundamental a la salud a través de un sistema único, público, universal, preventivo y predictivo, participativo, descentralizado e intercultural, que no dependa de la capacidad de pago, la rentabilidad económica ni de la intermediación administrativa y financiera...”
La constitución consagra el voto programático, bajo el entendido que quienes elegimos gobernadores y alcaldes, imponemos al ganador, el programa que presentó al inscribirse como candidato. Si bien el voto programático tiene un alcance restrictivo para gobernadores y alcaldes, por extensión política más que jurídica, su alcance llega a la elección del presidente, con los pesos y contrapesos constitucionales. En defensa del actual gobierno republicano, Petro está intentando ejecutar su programa de gobierno, con las innumerables glosas que se puedan levantar.
Personajes como Alejandro Gaviria, han manifestado que el gobierno improvisa de manera irresponsable. Comparto esta opinión. Pero tenemos que hacer una reflexión. Muchas veces, los primeros que improvisamos somos los electores. Y en no pocas veces los líderes políticos con sus adhesiones. El voto no es un juego. Genera un mandato. Genera responsabilidades para quienes votamos y para quienes no.
El tiro de gracia al actual sistema de salud tiene su origen en causas estructurales complejas que datan de hace más de 10 años. Un sistema modelo Ferrari con ingresos de Renault 4. Este tiro de gracia fue refrendado en las elecciones del 2022. Eso que llamamos soberanía popular, no es letra muerta.
Todos perderemos 35 años de avances sociales en salud con un impacto enorme en la pobreza multidimensional. Y perderemos 35 años de capacidades estratégicas de clase mundial de marcas, como @epssura, muy difíciles de emular. Tristeza total.