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Por Juan David Correa - opinion@elcolombiano.com.co
En tiempos de grandes avances, tendemos a idealizar las herramientas, a tal punto que una de las preocupaciones actuales en el campo del emprendimiento, es que en este momento solo se parece estar emprendiendo por y para la Inteligencia Artificial (IA), dejando de lado múltiples campos necesarios para el progreso humano.
Este año expertos del MIT — promovidos por dos frases de gigantes en el campo de la innovación y la tecnología: Marc Andreessen (creador de Netscape y legendario inversionista de riesgo) y Jensen Huang (CEO de Nvidia) quienes en 2011 y 2017 vaticinaron respectivamente: “El software se está comiendo al mundo”, “...pero la IA se va a comer al software” — se preguntaban: “entonces qué se comerá a la IA” y su conclusión fue: la reflexión profunda sobre el propósito, la naturaleza de la realidad y la teoría del conocimiento, en pocas palabras “La filosofía se come a la IA (en particular la teleología, la ontología y la epistemología)”.
La ciencia, la tecnología y la innovación sin norte, sin faro, sin jerarquía de propósitos, a la larga causan más problemas de los que resuelven. Por eso debemos promover una reflexión profunda sobre el “por qué” y “para qué” de las herramientas más poderosas que tiene la humanidad para su progreso.
Cuando vi la presentación del estudio “Antioquia emergente”, noté una tendencia (no resaltada en el mismo) que emerge en este territorio, y que nos ayudaría a encontrar una dirección de navegación significativa, con la nueva oportunidad de convertirnos en potencia: son muchas las startups y organizaciones (con vocación de ciencia tecnología e innovación) que surgen en Medellín y cuyos objetivos se alinean con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Por ejemplo: ODS 7 (Energía asequible y no contaminante): Unergy; ODS 4 (Educación de calidad): Código C13, Xory Space, Riwi, Cosmo Schools; ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico): OnGoing, In-Sight Eafit; ODS 3 (Salud y Bienestar): TIG Group (Allergytech, Cellslife, Cige, Kutai, ...), Samay Health, Salva Health; ODS 1, 2, 12, 13, 17: EatCloud; ODS 17 (Alianzas por el logro de los objetivos): CUEE, Alianza Cero Hambre Medellín, Alianza por la economía circular, y seguro se me quedan muchas.
Además, me parece mandatorio que como colombianos, honremos el legado de dos de las más ilustres compatriotas, cuyo público desconocimiento no deja de sorprenderme: Paula Caballero y Patti Londoño, arquitectas de los ODS como evolución necesaria de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y silenciosas constructoras de la conversación global más relevante para la subsistencia y prosperidad de nuestra especie.
Destaquemos el trabajo de estas compatriotas, por eso propongo que desde estas montañas (El CUEE lo podría hacer) salga la nominación para el comité del Premio Nobel, que busque reconocer una de las más importantes gestas de la actualidad “Redefinir el desarrollo” y premie a Patti y Paula con un galardón a la altura de sus logros.
Por otro lado, pongámosle segundo apellido (el de la mamá) a nuestro Distrito: “Ciencia, Tecnología e Innovación para el logro de los ODS”, reconociendo así, algo que emerge con fuerza en este valle: herramientas poderosas al servicio de los propósitos más importantes.