x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

La dialéctica de la yuca

hace 7 horas
bookmark
  • La dialéctica de la yuca
  • La dialéctica de la yuca

Por Juan José García Posada - juanjogarpos@gmail.com

Cuando el General Rojas Pinilla estuvo a punto de recobrar la presidencia como líder de la Anapo, la dialéctica de la yuca definía el populismo a la colombiana, un movimiento multitudinario que llenaba plazas como la de Cisneros y enardecía a sus militantes de todas las corrientes. Podía haberse reeditado entonces el modelo o antimodelo que encabezaron Getulio Vargas en Brasil, Carlos Ibáñez en Chile y, por supuesto, Juan Domingo Perón en Argentina. Los populistas han sido fervorosos devotos del fenómeno llamado pueblo a secas, su mapa ideológico ha limitado con derecha e izquierda, capitalismo y socialismo, fascismo y semidemocracia. Sin excepción, los ídolos populistas han impuesto el culto a la personalidad, han sido autócratas y totalitarios y se lucran de la ignorancia, las desigualdades y la injusticia social, sin las cuales carecerían de una feligresía desesperanzada y obediente.

No le busquemos más. Los hechos cotidianos, las absurdidades y contradicciones del alucinado gobierno actual demuestran la consolidación del proyecto populista. Están patentes el reto oficial a la institucionalidad, el desconocimiento sistemático de la división de los tres poderes, el predominio presidencialista desafiante, el matoneo contra los contradictores, el descrédito a los medios periodísticos independientes y críticos, etc., pero, sobre todo, la manipulación del criterio de veracidad. Faltaría un elemento y sería el carácter carismático del autócrata, que en el caso particular es un personaje rarísimo, antipático e impopular ante cualquier tipo de audiencia.

Una referencia muy ilustrativa para conocer mejor e interpretar el asunto es el libro del profesor Luis Guillermo Patiño, Populismo y neopopulismo en América Latina (Editorial UPB), donde sostiene que el populismo se convirtió en un rasgo característico de la cultura política de la región y se acomoda con facilidad a los procesos de globalización actual.

Los populistas, que mezclan izquierda y derecha, dividen entre la figura amorfa del pueblo oprimido y la élite explotadora. El periódico The Guardian publicó un estudio de varios profesores sobre el populismo de moda en el mundo. Esta fue una conclusión: “Los populistas contemporáneos tienden a ser autoritarios e intolerantes con los procesos asociados a la separación de poderes. Tratan de saltar las normas y convenciones del juego democrático, y rechazan los puntos de vista opositores. Cuando están en el poder se les hace difícil respetar el Estado de Derecho. Rechazan los procesos de negociación política, usados por la elites políticas tradicionales, y prefieren tomar decisiones de manera arbitraria”.

No es necesario repetir la lista de los populistas o neopopulistas actuales, de todos los colores y tendencias. Salen todos los días en los titulares de periódicos y noticieros. De la recordada dialéctica anapista de la yuca a la del aguacate hay pocos pasos. El neopopulismo es una suerte de sancocho político frente al cual es cierto que no les queda fácil salir bien libradas a las democracias agobiadas por el cansancio, la decrepitud y las ganas de salir a vacaciones quién sabe hasta cuándo.

Sigue leyendo

Te puede Interesar

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD