En estos días recordé una campaña que se llamaba “La mata que mata”. Estamos hablando de finales de 2008. Hacía referencia obvia a los cultivos ilícitos de marihuana, coca y amapola. Dicha campaña causó debate, pues para muchos tergiversaba la realidad porque, entre otros, ninguna mata, mata, ni siquiera por contacto directo con ellas.
Digamos que ese último argumento es válido. Las maticas de coca, marihuana, amapola, per se, no son asesinas y de hecho tienen altas connotaciones culturales para los pueblos indígenas y también propiedades medicinales. Lo que sí es cierto es que por esas matas, muchos otros sí matan, y eso es lo que lleva a combatir su cultivo ilegal, porque detrás de cada sembrado hay otra siembra: la de los problemas que no...