Voté por el Sí, con la esperanza de abrir una nueva página para el país. Sentí desilusión con los resultados del escrutinio; pero, poco a poco, con las declaraciones desde las tres orillas, y la voluntad para encontrar consensos, entendí que se abría otra oportunidad, posiblemente más consolidada, que conjurara la polarización que parecía inevitable.
Contrario a lo ocurrido en la contienda electoral, en la que prevalecieron resentimientos viscerales, después del escrutinio los representantes de las distintas posiciones mostraron nobleza en sus declaraciones. Fue alentadora, por ejemplo, la comunicación de las Farc en el sentido de que siguen interesados en el proceso, persisten en el cese de hostilidades, y no volverán a la guerra. Este era uno...