La semana anterior tuvimos el condenable comportamiento violento en el Estadio de Bogotá de las “barras bravas” de los equipos de fútbol Nacional y Santafé. Sin embargo, y pese a que afortunadamente no hubo víctimas fatales, este hecho refleja una práctica muy arraigada en nuestra cultura política, que a su vez se manifiesta en múltiples conductas de grupos e individuos; a veces como expresiones de violencia simbólica y para ellos no es sino darse una pasada por redes sociales como Twitter —donde el que no está de acuerdo con ciertos grupos o actitudes políticas es vapuleado con todo tipo de adjetivos que pretenden eliminarlo simbólicamente—, pero en muchos casos expresa la práctica de la eliminación del adversario político o social, o en el...