Dejo atrás el resultado de la consulta anticorrupción del pasado domingo, el cual supone que la sociedad colombiana decidió que las propuestas para controlar la corrupción no eran suficientemente convincentes. Sin embargo, la significativa cifra de apoyo, y la posición del gobierno, acrecientan la esperanza sobre una decisión positiva del Legislativo frente a proyectos de ley que faciliten avanzar en el saneamiento de esa lacra e infamia que nos estigmatiza y limita de manera grave nuestro desarrollo como nación.
Paso, mejor, a referirme a un aspecto esencial dentro del posacuerdo para lograr la reconciliación y la paz justa: los derechos de las víctimas. La verdad es que sus voces no han sido suficientemente escuchadas. Esa fue una de las conclusiones...