En una cultura que le dice a la mujer que su valor como persona se mide por su belleza física, no es de extrañar que las jóvenes, que no tienen todavía la madurez para comprender que su belleza no está solo en su apariencia, estén dispuestas a lo que sea con tal de ser lo más atractivas posible. De ahí que la cirugía para agrandar los senos sea uno de los regalos más apetecidos hoy en día por las adolescentes. Y que sus padres, con la intención de complacerlas, se las patrocinen.
Una mujer con senos más grandes no es necesariamente más bella, pero sí más seductora. Lo grave es que esto les establece a las niñas que ser sexualmente atractiva es tan importante que vale la pena exponerse a una cirugía, que es un procedimiento con ciertos riesgos...