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La displicencia y arrogancia del presidente Petro en su alocución más vista en sus dos años de gobierno, no nos puede dejar pasar el alcance de la denuncia que hizo, más allá de que fue una cortina de humo ante la grave crisis por el paro camionero.
Por Melquisedec Torres - @Melquisedec70
La displicencia y arrogancia del presidente Petro en su alocución más vista en sus dos años de gobierno, no nos puede dejar pasar el alcance de la denuncia que hizo, más allá de que fue una cortina de humo ante la grave crisis por el paro camionero.
La denuncia es gravísima, de ser ciertos los hechos allí narrados, o de no serlos; de eso no debe haber duda. Más aún cuando la propaganda oficial, RTVC, afirma que el entonces presidente Duque hizo pagos oficiales con plata del narcotráfico. Y aún más complejo pues Petro acusa a Duque de graves delitos al afirmar que compró una sofisticada plataforma tecnológica, Pegasus, para espiar a sus opositores, y que seguramente los espió.
NSO Group, dueña de Pegasus, dice que su misión “es ayudar a los gobiernos a proteger a sus ciudadanos del terrorismo y el crimen”; clasificado como arma por Israel, cualquier exportación debe ser aprobada por el gobierno. Investigaciones dan cuenta de que ha sido utilizado por varios países con antecedentes de abuso de software espía. Incluso se le relaciona con los asesinatos de los periodistas Jamal Khashoggi en 2018 en Turquía por el régimen de Arabia Saudita y del mexicano Cecilio Pinedo en 2017.
La lectura de Petro del documento deja muchas dudas y cero respuestas aún. Si lo envió IMPA (autoridad israelí para combatir lavado de dinero y financiación de terrorismo) el 27 de agosto de 2024, ¿Cómo es que contestan oficialmente si rompimos relaciones con Israel desde el 2 de mayo? El mismo Petro dijo que, a pesar de que es un documento “altamente sensible que no puede ser difundido sin el consentimiento previo de IMPA”, él como Presidente se saltaba esa prohibición al no tener relaciones con Israel; debería publicarlo de cara al país.
Tratándose de gastos reservados, que se podían usar legalmente por transferencias bancarias, ¿Por qué altos funcionarios y oficiales del Ejército armarían un plan secreto tan arriesgado, de 11 o 13 millones de dólares en efectivo, en un avión desde Bogotá? ¿Por qué el documento, según Petro, revela que la entrada del dinero y su consignación sí se registraron en la aduana de Tel Aviv y en el banco Hapoalim, es decir no era tan secreto? ¿Por qué mencionó a Suiza que, según lo leído, nada tiene que ver? Hablé con fuentes diplomáticas y me dijeron que Suiza mostró su extrañeza por esa mención.
A su vez, las explicaciones de Víctor Muñoz, exsecretario general de la Presidencia de Duque, no despejan nada pues es absurdo alegar que es falso todo porque no se publicó en el SECOP, tratándose de una supuesta compra con alto nivel de confidencialidad. Y el comunicado del Ministro de Defensa negando contratos con NSO Group fue cinco meses antes de la carta de IMPA. Duque no ha dicho nada y NSO se ampara en la confidencialidad para no responder sobre sus clientes. Ojalá la fiscal Camargo nos dé prontas respuestas.
Postdata. El Tribunal Superior de Bogotá revocó, a nuestro favor, las órdenes de tutela que había emitido una Juez por las investigaciones sobre el escándalo de pasaportes. Sería valioso para el debate que la Corte Constitucional la estudiara.