Pasé este semestre enseñando escritura creativa en la Universidad de Lehigh. He sido soldado, oficial de policía, e interrogador. Así que oír a los estudiantes llamarme “Profesor” y asignar tareas fue un cambio de rutina significativo.
Pero el nombre del curso, Escribiendo Guerra, no permitió que me alejara mucho de los recuerdos que me acosan desde hace diez años. Estoy agradecido con Lehigh por la oportunidad de dictar el curso. La voluntad que tuvo la universidad de ubicar a un veterano de guerra en el aula de clase es precisamente lo que este país tiene que hacer para procesar de manera colectiva lo que han forjado los últimos 13 años de guerra.
Pero yo no soy profesor universitario. Fui interrogador en Abu Ghraib. Torturé.
Abu Ghraib domina...