En la última semana el mundo estuvo atento a las conversaciones comerciales entre China y Estados Unidos que tuvieron lugar en Pekín.
Los altos decibeles alcanzados por las declaraciones de las autoridades de lado y lado desataron el temor a una guerra comercial bilateral de gran calado entre los dos gigantes, con implicaciones serias para terceros países.
El mundo se mantuvo en ascuas en la espera de que este primer encuentro entre los expertos embajadores de ambas partes, pudiera ser el inicio de un entendimiento tranquilizador de las aguas. Pero no ha sido así.
Las tratativas apenas fueron útiles para efectuar un diagnóstico de la situación y para que las partes expresaran sus básicas aspiraciones. Estados Unidos hizo la constatación de que...