“¿Cómo sería la salud de un adolescente en la actualidad si hubiéramos eliminado el cincuenta por ciento de los alimentos más nutritivos de sus dietas en 2012 y hubiéramos sustituido esas calorías por azúcar?”.
Esta es la pregunta que se hacen dos prestigiosos psicólogos en un ensayo titulado “El arte perdido de convivir sin celulares”, publicado esta semana en el New York Times. Su hipótesis es que hay dos hechos que se interrelacionan: las estadísticas disparadas de depresión, soledad, autolesiones y suicidio, a partir de 2012, y el acceso de la mayoría de los estadounidenses a teléfonos inteligentes y redes sociales. Estas últimas pasaron entonces de ser opcionales a ser omnipresentes entre los jóvenes.
Y aunque estén hablando de un país en...