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Se acercan las elecciones

Procuremos votar a conciencia por los mejores, que los hay, por los que gozan de buena fama y tienen competencia, atributos y honestidad para asumir la responsabilidad por la que luchan.

24 de septiembre de 2023
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Por Armando Estrada Villa - opinion@elcolombiano.com.co

Las campañas electorales se adelantan con toda la parafernalia que le es propia: mayor actividad de partidos y movimientos políticos, profusión de mensajes en las redes sociales, movilizaciones y manifestaciones, abundante propaganda política, numerosas encuestas con distintos enfoques y técnicas de elaboración, noticias a granel sobre los aspirantes, vallas, pasacalles y volantes por doquier, cuñas en radio, amplia información en los medios de comunicación, presentación de propuestas y programas de los candidatos y promesas sin fin y a veces sin sustentación.

Esto muestra la democracia en acción que nos invita a todos a participar y a elegir entre los aspirantes en contienda, que bien se sabe son de distintos partidos, movimientos e ideologías, en un variado ramillete que presenta candidatos para todos los gustos y aspiraciones. Ante este panorama, es válido formular unas preguntas cuyas respuestas pueden orientar a los ciudadanos para que voten.

¿Por qué votar? Por ser el ejercicio de un derecho político que confiere al pueblo y, por tanto, a todos los ciudadanos, la Constitución, que permite a los votantes contribuir a la formación del gobierno y a definir la oposición con total libertad. Por ser las elecciones democráticas el mejor escenario para resolver los conflictos para acceder al poder, que como se dirimen en el plano institucional hacen posible que se obedezca a un gobernante por quien no se votó y a unas normas que no se comparten. Por brindar la democracia un cauce pacífico para debatir y votar por los que nos van a gobernar, lo que hace moralmente tolerable la sujeción del ser humano al poder político.

¿Para qué votar? Para poner en prácticas no solo las reglas y procesos sobre las condiciones de tiempo, modo y lugar en que se celebran las elecciones en una democracia como la nuestra, sino, de manera principal, para elegir gobernantes comprometidos con la solución de los problemas que nos acosan como pobreza, inseguridad, violencia, corrupción, salud, educación, desempleo e informalidad y así ofrecer oportunidades a todas las personas para elevar el nivel de vida de los más desfavorecidos y disminuir las desigualdades económicas y sociales, todo en defensa del interés general.

¿Por quién votar? Para tomar esta decisión, que es lo más importante en democracia, se exige plena atención y cuidado al elector. Debe necesariamente fijarse en el programa y en la persona del candidato. En el programa debe reparar que sea viable y factible. Viable, esto es, que sea realizable en el tiempo fijado y factible porque cuenta con la financiación indispensable. Y en cuanto al candidato debe mirar que disponga de conocimientos, experiencia y trayectoria que lo capaciten para el cargo, que goce de credibilidad, buena reputación y autoridad moral y que además haya demostrado transparencia en todas sus actuaciones públicas y privadas, para que dé total confianza de que será un gobernante honesto y no corrupto.

La democracia en acción faculta a todos los ciudadanos inscritos en el censo electoral, a acudir a las urnas a depositar el voto. En democracia, todos podemos hacerlo, pero procuremos hacerlo a conciencia por los mejores, que los hay, por los que gozan de buena fama y tienen competencia, atributos y honestidad para asumir la responsabilidad por la que luchan. Al final, tiene el ciudadano en sus manos la decisión de acertar o fallar.

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